Luego de un fatídico y temprano final en el torneo Súper 20, Obras Basket inició la temporada regular con un rostro nuevo en el banco de suplentes, conocido dentro de la institución por los cargos dirigenciales que supo ocupar previamente. Gregorio Martínez aceptó la responsabilidad de conducir técnicamente al equipo durante la edición 2017/18 de la Liga Nacional, en su primera experiencia como entrenador dentro de la máximia categoría del básquet argentino, en su rama masculian.
El flamante DT, campeón con Unión Florida de la Liga Nacional Femenina, asumió el desafío con compromiso y responsabilidad. Al ser un hombre de la casa, Gregorio ya estaba al tanto de los proyectos y objetivos deportivos establecidos por el club. Además conocía a los jugadores, miembros del cuerpo técnico, y demás dirigentes. Su debut en LNB fue positivo: victoria 75-59 ante Bahía Basket en El Templo del Rock.
Más allá de su conocimiento sobre las estructuras que rodean al equipo, Martínez es un director técnico que entiende y sabe transmitir el juego a sus dirigidos. Impone carácter, actitud y sacrificio. Realiza entrenamientos exigentes, demanda el 100% de cada jugador y los alienta constantemente a seguir mejorando. C
Dentro de su identidad como entrenador, no puede faltar su mayor obsesión, la defensa. En sus equipos, prevalece el orden y el juego físico a la hora de proteger su aro. Su estrategia a la hora de marcar varía según rivales y momentos, pero sus jugadores siempre la entienden y ejecutan. Cuenta con diversas herramientas a la hora de atacar, pero se inclina por las ofensivas claras, con circulación de balón y definición del hombre abierto. Como jugador, Martínez se destacó por su gran mano anotadora y esfuerzo dentro de la cancha. Estas dos son cualidades que identifican a los equipos que dirige.