Cada vez es mayor el número de adeptos a la alimentación vegetariana, un nuevo estilo de vida que está instalado en la sociedad. En esta nota, junto a la nutricionista Gabriela Perentini, se intentará despejar los miedos y/o mitos sobre la misma.
Sin lugar a dudas eliminar grupos de alimentos del consumo habitual implica un mayor riesgo de carencia de determinados nutrientes, salvo que sean planes alimentarios adecuadamente planificados.
Estas dietas, nutricionalmente adecuadas, proporcionan beneficios para la salud en la prevención y/o el tratamiento de determinadas enfermedades.
La alimentación vegetariana ha ganado muchos adeptos en los últimos tiempos, y de acuerdo a algunas estadísticas este crecimiento es más marcado entre las mujeres y las poblaciones urbanas (ADA, 2003).
Si bien no contamos con estadísticas locales, se evidencia un número creciente de personas que muestran interés por esta forma de alimentación, que se ve reflejado en la proliferación de libros de cocina vegetariana, páginas de internet, y sitios de consumo de alimentación vegetariana.
Entre los factores que influyen en la elección de alimentación vegetariana podemos citar:
•Preocupación por la salud.
•Preocupación por el medioambiente.
•Protección de los animales.
•Factores económicos, éticos y religiosos.
•Aumento del número de inmigrantes con alimentación vegetariana o similar.
Podemos clasificar la dieta vegetariana según a los tipos de alimentos de origen animal que son incluidos en su alimentación:
•Vegetarianos estrictos o Veganos: consumen sólo alimentos de origen
Vegetal. No consumen ningún alimento de origen animal.
•Ovovegetarianos: consumen huevo además de los alimentos de origen
Vegetal. No consumen lácteos ni ningún tipo de carne.
•Lactovegetarianos: consumen leche y derivados lácteos además de los alimentos de origen vegetal. No consumen huevo ni ningún tipo de carne.
•Ovolactovegetarianos: consumen tanto huevo como leche y derivados
lácteos además de los alimentos de origen vegetal. No consumen ningún tipo
de carne.
Existen otras clasificaciones de dietas más o menos estrictas tales como:
•Crudívoros: También conocida Alimentación Viva, los seguidores de esta forma de alimentación dan mucha importancia a la máxima conservación de los nutrientes, ya que consideran que casi todos los alimentos pueden consumirse crudos y que nutrientes tan importantes como la vitamina C, la tiamina y el ácido fólico son termolábiles. Además, valoran la conservación de las enzimas propias del alimento como facilitadores del trabajo digestivo y consideran dañino los cambios producidos en los alimentos tras la cocción.
•Frutarianos: consumen exclusivamente los frutos de una planta. Esto no significa que consuman sólo frutas, sino que basan su alimentación en alimentos que no destruyen a la planta misma para ser obtenidos. Así, por ejemplo, incluyen frutas frescas y secas, semillas y sus aceites, y algunas verduras como tomate y pepino, pero no otras como lechuga o zanahoria. Algunos frutarianos también incluyen granos y legumbres, aunque en cantidades reducidas por su tendencia a preferir alimentos crudos.
•Semivegetarianos: consumen, además de huevo, lácteos y alimentos de origen vegetal, algún tipo de carne, usualmente pollo y/o pescado, pero no carnes rojas.
•Flexivegetarianos: basan su alimentación en alguna forma de alimentación vegetariana, e incluyen ocasionalmente cantidades reducidas de carnes tanto rojas como blancas.
Muchas veces el vegetarianismo no es simplemente una forma de alimentación sino más bien una filosofía de vida con consideraciones éticas claramente afianzadas. Es precisamente esta filosofía la que orienta no sólo a reemplazar los alimentos de origen animal por opciones vegetales sino también a evitar en su vestuario productos de origen animal como el cuero o la seda, y a repudiar eventos que incluyan animales como por ejemplo el circo o las corridas de toros.
Un aspecto negativo que muchas veces se atribuye al hecho de ser vegetariano es que hace complicadas las relaciones sociales, particularmente en países como el nuestro donde el consumo de carnes se encuentra muy arraigado.
La alimentación vegetariana ofrece una serie de ventajas, entre las cuales se encuentran:
•Menor aporte de grasas saturadas y colesterol.
•Mayor aporte de carbohidratos complejos (almidón) y fibra.
•Mayor aporte de ácidos grasos omega 6.
•Mayor aporte de antioxidantes y fitoquímicos.
•Menor densidad calórica.
Pero existen, además, algunas posibles desventajas, en general asociadas a este bajo o nulo consumo de alimentos de origen animal. Entre las desventajas podemos mencionar:
•Predominio de proteínas de bajo valor biológico.
•Predominio de proteínas de baja disponibilidad.
•Bajo aporte de ácidos grasos omega 3.
•Bajo o nulo aporte de vitaminas D y B12.
•Bajo aporte y biodisponibilidad de calcio, hierro, fósforo, zinc, yodo.
Estas posibles desventajas se pueden evitar con un plan correctamente diseñado por un profesional capacitado.
FOTOGRAFÍA: Celeste Palavecino David para prensa Obras.
FUENTE: Gabriela Parentini (nutricionista de Obras)