Pese a haberse despedido en cuartos de final, Obras Basket cumplió con todos sus objetivos en la temporada. El conjunto de Núñez logró ingresar a playoffs, dentro de los ocho mejores equipos de la Liga Nacional, barrió en primera ronda a Bahía Basket, y aunque no pudo con San Lorenzo, estuvo a la altura de la serie, ante el vigente bicampeón del certamen y campeón de la Liga de las Américas. Sin embargo, más allá de los buenos resultados deportivos obtenidos en la temporada, la institución aurinegra se concentró en otra de sus grandes metas, que es desarrollar y darle espacio a los jóvenes que juegan en el club desde sus inferiores.
Con Pedro Barral y Tomás Zanzottera como ejemplos, Obras se enfocó en darle lugar a tres importantes talentos, que ya tuvieron minutos con el equipo de Liga Nacional durante la campaña pasada. Ellos son Luca Valussi, Fernando Zurbriggen y Lautaro Berra, los tres con 20 años de edad. Dentro del plantel que dirige Gregorio Martínez, cada uno cumplió su rol, y tuvo mayor o menor protagonismo, según lo considerado por el entrenador.
Con el papel de sexto hombre, Zurbriggen jugó todos los partidos del aurinegro, entrando desde la banca, y fue el cuarto jugador del equipo que más minutos disputó. El santafesino, elegido como la revelación del año en la Liga Nacional, promedió de 8.5 puntos, 2.7 rebotes y 3.7 asistencias por encuentro. El reclutado por Obras en 2014 sorprendió a todos con su desarrollo físico, que le dio mayor potencia, velocidad y fuerza. Más allá de su poderío físico, Fernando creció como profesional. Se fortaleció mentalmente, empujó a sus compañeros dentro de la cancha, y garantizó varias victorias importantes con su trabajo defensivo. Fue capaz de contener a los jugadores más pesados de la liga en el poste bajo, recuperó balones en primera línea y fue efectivo en los contragolpes. Su desarrollo fue uno de los puntos altos de la campaña aurinegra.
Valussi fue otro jugador que se ganó un lugar importante en la rotación de Gregorio Martínez. El alero tuvo acción en 39 encuentros, de los cuales en 25 ocasiones comenzó como titular. Su mayor logro fue cambiar su mentalidad. Dejó cualquier temor de novato de lado, y se afianzó como profesional a base de confianza, trabajo y esfuerzo. Se convirtió en un tirador certero, se animó a pelear por los rebotes y a defender a jugadores de mucha trayectoria. Sin dudas, su sacrificio le permitió sacar lo mejor de su potencial, y continuar avanzando en su desarrollo. En el torneo, sumó 2.7 puntos, 1.7 rebotes, y 57% de efectividad en tiros de tres puntos, sin dudas su mayor fortaleza ofensiva. También tuvo minutos en la Liga de Desarrollo, en la cual marcó una diferencia muy grande, ante rivales más cercanos a su edad.
Por su parte, Lautaro Berra alternó momentos de mucho protagonismo, con otros en los que no vio minutos. El aurinegro varió sus internos a lo largo de la temporada, y dependiendo quién estuviera, jugó más o menos minutos. Aún así, el oriundo de Firmat, Santa Fe, disputó 37 de los 45 encuentros de su equipo en la temporada, en los que concluyó con 3.6 tantos, 1.3 recobres y 0.5 pases de gol por juego. Su mayor avance lo logró en ofensiva, con una notable mejora en el juego interno y su efectivo tiro a pie firme en un radio de cinco metros al aro. Ganó en experiencia, a la hora de defender al centro rival, y ser cauto con las infracciones personales. Además, Lautaro formó parte del equipo de la Selección Argentina que dirige Sergio Hernández, en las eliminatorias FIBA. Debutó de manera oficial con la albiceleste ante Paraguay, y aunque no logró anotar puntos, dejó muy buenas impresiones. El entrenador del combinado nacional, lo considera como un talento importante, que aún permanece en desarrollo. No hay que olvidar que el santafesino de 2.08 mts. se perdió gran parte de la temporada anterior, recuperándose de un tumor que lo afectó en la zona de la cadera, que lo atrasó en su crecimiento como profesional, aunque lo fortaleció de cabeza para afrontar nuevos desafíos.