En la Cuarta Parada de la Liga 3×3, Belén Echeverría se convirtió en la primera mujer en disputar la competencia que atraviesa su segunda temporada en nuestro país. Desde la implementación de este torneo como categoría nacional, Obras fue protagonista y hoy es puntero sobre Regatas.
La capitana rockera fue pionera en Regatas Corrientes. Belén Echeverría rompió barreras y preconceptos tras ser la primera mujer. Y eso fue un puntapié inicial. El sábado 3/8 será la Quinta Parada de competencia en Concepción del Uruguay y el local presentará un equipo completamente femenino.
“Ahora en Concepción del Uruguay estará Johanna Puchetti y el local anotará un equipo de cuatro mujeres. Eso me deja feliz y me da la pauta que algo sucedió desde la parada anterior. Esto lo tomo como el puntapié que algún club debía hacer. Siempre destaco que Obras suele ser pionero en estos puntos, poniendo la vara más alta y dejando de lado cualquier tipo de prejuicios”, contó Belén.
Además, la chaqueña comentó como fue su experiencia, teniendo en cuenta la desventaja física: “al principio estaba un poco nerviosa por los prejuicios de uno o el miedo a ser lastimada. Pasaron esos nervios y me pude soltar. De hecho, pude jugar situaciones de uno contra uno, más allá de la clara diferencia física. Incluso es lo que aprovechaba el rival de turno cuando estaba en cancha. El mismo base podía tener ventaja sobre mí entonces nos atacaban el poste bajo”.
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Visualizando el futuro, Belén Echeverría comentó cómo sería el ideal para que el básquet masculino y femenino conviva en la modalidad 3×3 y la competencia se mantenga viva con mayor paridad: “para que sea un poco más equitativo, los equipos deberían estar compuestos por dos mujeres y dos hombres. Eso te obliga a tener una mujer en cancha sí o sí y, de una manera u otra, equipara. El físico es la mayor diferencia. Pero, nada que la mujer no pueda aguantar”.
DEL 3X3 AL MINIBÁSQUET MIXTO EN OBRAS
A principio de año Obras innovó una vez más. Incorporó el minibásquet mixto, con entrenamiento y encuentros en los que las niñas y los niños conviven dentro del terreno de juego.
“Al principio costó, como todo. Ya tenían cierta costumbre a no mezclarse. Cuando llegó la noticia a principio de año fue más complicado. Pero, como todo cambio, todo se terminó acomodando. Funciona y nos gusta, lo que hizo que la adaptación sea más simple”, dijo Echeverría, entrenadora de minibásquet en el club.
Además, la capitana, al ser experta en la formación en la temprana edad, analizó como se hace para que el minibásquet fluya entre niñas y niños: “en cuanto a las actividades, no se priva absolutamente nada. Es decir, si un ejercicio toca mezclado, no es problema. Más allá que se puedan dar situaciones de niños que llevan años jugando vs niñas que recién empiezan, son oportunidades para medirse con el de al lado y seguir trabajando”.