Obras participará una vez más del Encuentro de Minibásquet que se hace cada año. En esta ocasión, será la edición número 46 y los rockeros recibirán al Club Central Entrerriano de Gualeguaychú. Al igual que en cada oportunidad, el evento constará de actividades, juegos, y partidos entre los chicos de ambas instituciones, y será una oportunidad para los jugadores de conocer gente nueva, de otros lugares, con un detalle especial: muchos de los participantes alojarán a un niño del equipo visitante en sus propias casas para darle un fin de semana completo en Buenos Aires. Luego, el fin de semana del sábado 9 de noviembre, los de Núñez devolverán la gentileza cuando visiten Entre Ríos.
Esta vez, las cuestiones climáticas obligaron, lamentablemente, a la suspensión del desfile que iba a desarrollarse el día sábado. Sin embargo, Obras reprogramó su agenda y no faltará ni un poco del color típico del minibásquet: desde la llegada de Central Entrerriano, el viernes aproximadamente a las cinco de la tarde, hasta su regreso a casa el domingo luego del almuerzo, el cronograma estará repleto de actividades y, en sus ratos libres, seguramente las familias ayuden a los chicos del interior a conocer la ciudad.
«Participé el año pasado y me gustó. Este año seguro va a ser más divertido», se ilusionó Lara Díaz Gibezzi, una de las mosquito del club, sobre el fin de semana tan especial que se viene en Núñez. Por su parte, Juan Cruz Martín Vázquez contó con emoción: «Vamos a recibir a un chico», mientras que su compañero Lautaro Pereira se sumó: «Yo voy a estar con ellos». La magia del minibásquet rockero, en este caso, hará que compartan la alegría y la responsabilidad de ser anfitriones de un mismo nuevo amigo, porque claro, mini es amistad.
EL PRIMERO DE MUCHOS MINIENCUENTROS
Natalia Javelier es la mamá de Ignacio Ortíz, otro jugador de la categoría más pequeña del club, y contó sus ganas de vivir la nueva experiencia: «Nacho empezó a jugar este año, así que es su primer miniencuentro. Tenemos muchísimas expectativas, Nacho está súper entusiasmado con el tema de que venga un nene a casa. Para nosotros es con mucha alegría, por lo que escuchamos que dicen los papás de años anteriores. Es el evento que los chicos esperan, y estamos preparando hace meses con las mamás algunas cosas».
Sin la responsabilidad de los adultos, quienes lo viven con más intensidad y ansiedad aún, son los propios protagonistas: «Ya está pensando en quién va a venir, cómo es, de dónde, cómo se llama su club, está contento y preparando todo para el evento. Como los profes les van anticipando y los chicos también lo van hablando, para él es un mundo. Él sabe que tiene que tener su camiseta preparada, hoy vamos a hacer la bandera con los chicos, y está pendiente de todo eso», relató con una sonrisa Natalia sobre todo lo que significa esto para Nacho.
A veces, a tan corta edad (Ignacio tiene solo 5 años), es difícil pensar en un viaje, en alejarse de casa, en estar a varios kilómetros y con gente que no ven todos los días. Sin embargo, las ganas de devolver la visita en noviembre, e ir a conocer el hogar de quienes hoy son visitantes, están intactas tanto para él como para la mayoría de los chicos: «Va a viajar en el micro con sus compañeros y lo vamos a acompañar. La idea es que haga la misma experiencia que sus compañeros, lo que no sabemos es si él se va a quedar a dormir en la casa de alguno de los nenes que los reciben. Si es por él, seguro que sí, más si va con alguno de sus amigos de Obras», declaró la mamá, quien además insistió en que, en este aspecto, el pequeño rockero también está muy metido: «Siempre pregunta, está pendiente y muy contento».
Para concluir, Natalia dejó en claro que esta nueva vivencia está, desde la previa, llena de «novedades y sorpresas».