Josefina Zeballos y Emilia Larre Borges, ambas oriundas de Montevideo, Uruguay, son dos recientes incorporaciones de Obras. Las jóvenes jugadoras llegaron prácticamente juntas a principios de 2020 para jugar en las inferiores, La Liga de Desarrollo Femenina, y formar parte del plantel mayor de La Liga Femenina. Más allá de ser muy diferentes, tienen muchas cosas en común. Son coterráneas, compañeras de selección, y llevan una gran relación fuera de la cancha.
ZEBALLOS: VELOCIDAD Y TALENTO EN LA BASE
Josefina es base, nacida el 7/04/2003. Durante este año será U18 en la competencia metropolitana, una jugadora joven pero con mucha proyección a futuro. Internacional con su selección, la uruguaya fue contactada en 2018 por la institución rockera, cuando disputó un Sudamericano U15, pero su llegada se concretó recién ahora. Desde los 12 años que defiende la camiseta celeste.
A nivel club, Zeballos jugó solamente en el Club Atlético Bohemios desde que tenía 7 años, por lo que es su primera experiencia en otro lugar, y obviamente en otro país. La propia Zeballos se describió: «Creo que adentro de la cancha tengo velocidad a la hora de atacar más que nada. Buen manejo de balón, tiro, y uno contra uno”.
LARRE BORGES: VERSATILIDAD, TÉCNICA Y BUENA TALLA
Por su parte, Emilia nació el 10/12/2002. Es una ala-pivot de una interesante altura, también de categoría U18. A pesar de su talla, puede jugar de frente al aro y tiene buenos fundamentos. El comienzo de su relación con Obras se dio en septiembre de 2019, cuando ambas jugaron un amistoso contra el plantel mayor de la institución de Núñez, con la camiseta de la selección U17 de Uruguay. Ese contacto derivó en visitas a las instalaciones y entrenamientos que no le dejaron dudas sobre cambiar su carrera y su vida.
Larre Borges dio una noción de lo que puede aportar a los equipos que le toque representar: «Mi fortaleza creo que es la altura y que tengo la posibilidad de jugar de frente al aro. Todavía tengo que trabajar el juego de espaldas pero creo que mi principal fortaleza es esa, y el tiro de tres», comentó.
De esta manera, Obras incorporó a dos jugadoras interesantes, con un gran recorrido especialmente a nivel selección, y con mucho para pulir y proyectar. Talento y condiciones físicas, por parte de ambas, y con una enorme química ya desarrollada entre ellas. Dos apuestas que seguramente tendrán buen protagonismo en su categoría, y una oportunidad como parte del plantel mayor. Deberán seguir adaptandose al país, a la ciudad, al club y al equipo, pero es una relación que, tanto jugadoras como institución, seguramente deseen que tenga muchos años por delante.