La formación es fundamental en todo aspecto de la vida. Para ser cada vez mejor en la actividad que se encara, las bases del aprendizaje deben estar bien sólidas desde una temprana edad, para que las experiencias venideras sean aprovechadas al máximo.
Marcelo Travnik, Coordinador de la Cantera de Obras Basket y asistente del equipo profesional, es consciente de esta situación. Porque, como él mismo se define en la nota, además de entrenador es formador. De hecho, antes de cualquier resultado deportivo, lo que se busca es pulir a la persona por sobre el jugador. ¿Cómo se hace para formar a un chico que, en la mayoría de los casos, se separa de su familia y sufre un cambio brusco, instalándose en la gran ciudad para perseguir su sueño? ¿Qué requisitos básicos debe tener para llegar al club y alcanzar, en el futuro, los requerimientos para insertarse en el profesionalismo? Travnik explica el proceso de reclutamiento y los objetivos de Obras Basket en este sentido.
-¿Qué necesitás ver en jugador para reclutarlo?
-Técnicamente, lo primero que trato de fijarme es la contextura física y el talento. Hacemos hincapié en esas dos cosas para hacer un buen reclutamiento.
-Ya en Buenos Aires, cuando seleccionaste al jugador, ¿qué relación mantenés con los padres del chico?
-Primero que nada, el reclutamiento comienza un año antes de que el jugador llegue al club. Se realiza un seguimiento individual a través de estadísticas, datos, información de otros entrenadores y, además, lo vamos a ver jugar. Después recién ahí nos ponemos en contacto con los padres y si ellos están de acuerdo nos ponemos en contacto con el club.
-¿Qué buscás formar en un reclutado?
-Tenemos dos objetivos fundamentales. El primero es formar jugadores profesionales a futuro, que integren el plantel del club. El segundo es que los jugadores reclutados puedan sostener un entrenamiento de un equipo profesional, donde muchas veces durante el año hay lesiones, enfermedades, etcétera. Los jugadores de la Cantera deben estar listos para mantener un entrenamiento de alto rendimiento.
-Hablamos mucho del nivel basquetbolístico, pero a nivel personal, ¿qué les exigís o buscás en ellos?
-Nosotros buscamos un perfil de jugador para reclutar a través de informes y charlas que tenemos con el chico y sus padres. Tratamos de detectar el perfil de un chico que sea responsable, estudioso y tenga ganas de hacer el cambio de venir a vivir a Buenos Aires. Para un chico del interior es difícil mudarse a una ciudad tan grande. Además, normalmente los reclutados vienen de ser figuras en sus equipos y tienen que resignar un poco de ese protagonismo para jugar más en equipo. Nosotros tenemos un plan integral de estudio, salud y nutrición, ya que el club le cubre todas esas necesidades a los reclutados.
-Un par de veces nombraste la palabra “objetivos”. ¿Cuáles son esos objetivos anuales?
-Sí, individualmente hacemos un plan nutricional y de gimnasio, dependiendo de cada uno. También tienen a disposición un psicólogo en el club, para poder tener toda la contención también desde el aspecto mental.
-Para vos, como entrenador, qué es más importante, ¿qué el chico traiga beneficios en el equipo de su categoría o su formación individual a futuro?
-Además de entrenador soy formador de jugadores, y lo que buscamos con todo el cuerpo técnico no es encontrar un resultado inmediato deportivo en su categoría, no priorizamos un campeonato por sobre la formación. Esto es un trabajo a largo plazo. Por ejemplo, Pedro Barral y Tomás Zanzottera son jugadores formados en el club y hoy tienen protagonismo en el plantel profesional.
FUENTE: Tomás Lamas para Prensa Obras Basket