Nicolas Modarelli, entrenador de las categorías inferiores U13 y U15 de Obras, comentó cuales fueron los logros de estos años en cuanto al trabajo realizado y en que hay que seguir haciendo hincapié para mejorar. A su vez explicó como es su trabajo, tanto con el cuerpo técnico como con las jugadoras.
-¿Cómo viene el trabajo con las formativas y qué se espera para lo que sigue del año?
-Con respecto a las U13 y U15 en general son chicas que hace muy poco comenzaron a jugar al básquet, así que lo que normalmente a estas edades está internalizado no lo está. Es por esta razón que nuestros entrenamientos se basan en trabajos de fundamento y en lo técnico-táctico en cuestiones conceptuales y simples para que lo puedan incorporar lo antes posible. Tenemos muchas jugadoras que el año que viene son U17, así que para lo que queda del año vamos a fortalecer estos dos ejes. Es un trabajo a largo plazo, con la idea de sumar en cada entrenamiento un paso más desde donde empezamos.
-A casi un año de haber ingresado a la institución, ¿qué creés que se mejoró del año pasado hasta ahora y en qué te parece que hay que seguir trabajando?
-Creo que vamos por el camino hacia donde queremos ir. Lo que se mejoró es también donde tenemos que seguir trabajando. En la identidad, en la identificación con la institución. Creo que en el masculino ya la hay, de hecho como club existe, pero en el femenino al volver a empezar de cero lleva su tiempo acomodarse. Otro aspecto en donde tenemos que seguir trabajando es en la captación de chicas. Cuantas más jugadoras tengamos en la base de la pirámide, mejor va a ser para las categorías superiores.
-¿Cómo es el trabajo con tu equipo y cómo te sentís con los grupos que te toca coordinar?
-En cuanto al grupo de trabajo estoy muy contento y creo que formamos un gran equipo. Es un equipo muy completo. En lo particular con Ignacio Narvaja, con quien comparto el cuerpo técnico de U17, U19 y Primera, tenemos una comunicación muy fluida. En lo personal me sirve un montón para ir adquiriendo experiencia y aprender mucho de él, ya hace doce años que está en el club. Nos complementamos, porque creo que él tiene mayor experiencia en lo que es alto rendimiento y yo vengo al estilo club de barrio, más vinculado a lo social del deporte. Me sirve mucho para aprender. La última incorporación fue la de Ramiro Cornejo, el preparador físico, que es muy buena persona y aprendo mucho con él día a día. La tercera integrante es mi mujer, Paula Reggiardo, así que no creo que haya mucho que agregar, la elijo tanto en lo personal como en lo laboral.
En los grupos que me toca dirigir trato de tomar lo mejor de ellas cada día inculcando el compromiso con el equipo, algo que nos cuesta transmitir ya que son chicas que hace poco practican un deporte o integran un grupo. No tienen una cultura de club fuerte. Por otro lado, trabajamos la actitud. Siempre digo que meter la pelota en el canasto es una circunstancia, pero la actitud es innegociable. Partiendo de eso creo que se mejoró bastante. Es una etapa donde intento hablar y acompañarlas en lo que más pueda y ser coherente con lo que digo y hago, ya que es una edad donde es muy frecuente el conflicto. Creo que es fundamental ser razonable, eso me facilita mucho la buena relación con ellas.
-¿Cómo te sentís trabajando en Obras, tanto en el club como en el instituto?
-La verdad que Obras para mi es sinónimo de deporte. Empecé el año pasado en el club con el básquet femenino y en el verano me dieron la posibilidad de trabajar en la colonia de vacaciones, lo que me abrió un poco la puerta al colegio. Eso me gustó mucho. El Instituto Obras tiene una oferta deportiva increíble. Eso me permite buscar nuevos desafíos, por que si bien vengo ligado al básquet hace tiempo muchas veces me toca dar fútbol o estar a cargo de grupos que tienen karate, así que aprendo mucho de eso. La verdad que es increíble estar trabajando en una institución que se ocupa tanto del deporte.
