Esteban Camisassa arribó a Obras en 1982 como un refuerzo de calidad para el plantel que comandaba Flor Meléndez. El club se había ganado una enorme reputación internacional durante la década de los ’70, con la obtención de un segundo puesto en el torneo Sudamericano de 1975 y el subcampeonato de la copa William Jones en 1976. Aquel equipo contaba con Eduardo Cadillac y Carlos Raffaeli como máximos exponentes. Aunque sólo tenía 22 años, su talento ya había sido probado en los niveles más altos, cuando disputó el Mundial juvenil de 1979 con la Selección Argentina, y volvió con medalla de bronce. Camisassa llegó como un jugador maduro e inteligente, con gran parte de su talento en vías de desarrollo.
La primer competencia en la que participó, fue el Sudamericano de 1982. Su notable adaptación al plantel le permitió ganarse importantes minutos en aquel torneo, en el que Obras mostró un gran funcionamiento colectivo. Pese a esto, el Aurinegro quedó nuevamente a un paso del título. Cayó en la final con Ferro, su clásico rival, y nuevamente quedó segundo. Al año siguiente, tampoco lograron consagrarse de manera continental, pero volvieron a entrar en el podio, y dejaron afuera del mismo al conjunto de Caballito.
En 1983, regresó una vieja obsesión al Templo del Rock: la William Jones. La baja de Chocolate Raffaelli antes del torneo, y la lesión que afectó al Tola Cadillac durante la competencia obligaron al DT boricua a realizar ajustes sobre la marcha. Camisassa no sólo se ganó el puesto de alero titular, se convirtió en un estandarte del equipo, un jugador dúctil, un verdadero todo terreno. Así pasaron los triunfos ante Universidad de Oregon State, Monte Líbano (Brasil) , Peñarol (Uruguay) y Simac Milano (Italia), hasta llegar a la final. En ella, Obras demostró una gran fortaleza defensiva y logró imponerse por 89-76 al Cantú italiano. Camisassa fue clave en la estructura de aquel elenco campeón intercontinental: estableció un equilibrio entre el perimetro y la pintura, fue la columna vertebral de un equipo lleno de talento.
Tras aquella histórica consagración, Obras tuvo la chance de repetir el título al año siguiente, en San Pablo. En esa oportunidad, vencieron al Barcelona y al Lexington Marathon Oil de Estados Unidos, pero perdieron con Sirio de Brasil y Virtus de Roma, y quedaron en segundo puesto, con dos triunfos y dos caídas. Esa fue la última vez que el alero cordobés compitió de manera profesional con el elenco de Núñez.
Luego, comenzó su carrera en la naciente Liga Nacional, en la cual pasó por Unión de Santa Fe, River, Peñarol y Ferro, hasta 1990. También jugó en Corinthians de Brasil, a nivel clubes. En la Selección mayor, Camisassa participó del Mundial de 1986. Fue el goleador de aquel conjunto argentino, con 15.6 puntos de promedio. Además, ganó el Sudamericano de 1987 y compitió en el Panamericano de 1983.
Foto: Marcelo Figueras.