Gustavo Avellaneda es el encargado de todo el minibásquet masculino de Obras desde hace seis años. Resulta gracioso realizarle una nota porque cada nene que llega previo a un entrenamiento lo saluda corriendo y le pregunta: “¿Puedo agarrar una pelota?”. En cuanto Gustavo les dice que sí, se sienten en la felicidad absoluta. «Que linda edad», reconoce el profesor.
Más allá de que Avellaneda es el conductor del Mini, cuenta con cuatro personas que son parte de su grupo de trabajo. Ellos son Tomás Lamas, Agustín Diz Ríos, Emanuel Fernández y Alejo Rodríguez. “Lo bueno es que entre nosotros somos amigos. El chico, cuando entra a cada entrenamiento y partido, percibe lo bien que nos llevamos y el buen ambiente de trabajo que generamos”, asegura.
Este año se pudo empezar a entrenar el 15 de enero, algo que antes no se había hecho y tuvo una buena repercusión. Luego, desde febrero ya se sumaron el resto de los nenes y a partir del comienzo de las clases hay un número importante de jugadores entre Mini A y B. “El tener el colegio en el club nos suma mucho, siempre hay varios alumnos que se acercan y empiezan con la actividad”, cuenta Gustavo.
Cuando se habla de la competencia, Avellaneda cree importante que todos sus jugadores pasen por la experiencia de jugar tanto en la Tira A como en la B. Normalmente, los que son de primer año de la categoría juegan en el B y los que son de segundo año lo hacen en el A. “La idea es nutrir al club de chicos para abastecer a las tiras y para fomentar el deporte. Estamos en un club de básquet y hay que trabajar para crecer cada día”, sostiene.
A la hora de hablar de objetivos Avellaneda afirma: “Nosotros hacemos mucho hincapié en el desarrollo de los chicos en cuanto al fundamento individual y a crear grupos para que vayan subiendo camadas. A su vez, lo primordial es que ellos la pasen bien, que disfruten y aprendan. El básquet tiene mucho de compañerismo, es un deporte en equipo, con muchos valores para que aprendan en esta temprana edad, porque también les va a servir para la vida”.
Por último, se le preguntó qué piensan los minis cuando ven pasar caminar a los jugadores profesionales de Liga Nacional por el club. “Hoy por hoy no se sorprenden tanto. Los ven también en la tele, redes sociales, hacen actividades juntos. Lo que sí sucede es que cuando hacen ciertos movimientos en los entrenamientos te miran y te dicen eso lo hizo Safar, o Delía, o mismo Fitipaldo. Van mucho a ver sus partidos y tratan de imitarlos porque son sus ídolos máximos. Tienen la suerte de tenerlos cerca y es lo más lindo que a un chico le puede pasar”, cerró.