La trayectoria de Martín Osimani en Obras Basket comenzó en 2010 y se extendió hasta 2013. El jugador uruguayo llegó procedente de la liga venezolana, con el objetivo de aportar en un competitivo elenco dirigido por Julio Lamas. El armador, quien arribó con 28 años, contribuyó con experiencia, conducción y buen juego a un plantel que logró consagrarse a nivel sudamericano y estuvo a punto de conseguirlo en la Liga Nacional.
Aterrizó en los inicios de la 2010-11, en la cual los rockeros hicieron un gran papel y contaron con el Jugador Más Valioso del torneo, Juan Gutiérrez. Terminaron primeros en la segunda fase, pero fueron eliminados por Quimsa en los cuartos de final. Tras aquella frustración, se concretó la mayor alegría del club en los últimos años: la Liga Sudamericana obtenida a principios de 2012.
La campaña 2011-12 fue casi perfecta para el aurinegro. Pudo tomarse revancha de los santiagueños en los Playoffs. Después venció a Boca y Regatas, obteniendo así el pasaje a las Finales de la Liga Nacional. Allí se encontraron con un poderoso Peñarol, que acabó imponiéndose por 4-2. Aún con la derrota, las actuaciones del uruguayo en los dos triunfos de Obras fueron muy destacables: 26 puntos y ocho rebotes en el juego tres, mientras que anotó 20 en el quinto.
-¿Por qué decidiste llegar a Obras?
-Fue una combinación perfecta para mí. Un club que ofrecía un contexto excelente para trabajar profesionalmente, con un plantel súper competitivo, un entrenador fuera de serie (Julio Lamas) y encima lo más cerca posible de mi país.
-¿Qué recuerdos tenes de la Institución?
-Los mejores. A mi mujer y a mí nos recibieron con los brazos abiertos y siempre nos sentimos como en familia. Pasamos de todo, muchos momentos lindos y también de los otros, pero siempre nos trataron humanamente de primera. Eso no se olvida.
-¿Cómo viviste el haber salido campeón de La Liga Sudamericana con los colores aurinegros?
-Una de las alegrías más grandes de mi carrera. Era un grupo excelente y fue una tremenda alegría confirmarlo con un título internacional que el club que lo venía buscando hacía tiempo.
-¿Qué hay de cierto que seguís los partidos de Obras?
-Es verdad, sigo mucho la Liga Nacional Argentina y Obras especialmente, por mi historia ahí, porque tengo gente en el club que quiero mucho, de los cuales dos de ellos son compatriotas (Ignacio Xavier y Emiliano Serres), y encima veo a Pedro Barral para deleitarme. Mejor imposible.
OSIMANI AGRADECIDO CON EL CLUB ROCKERO
-¿Qué significó Obras en tu vida profesional y en lo personal?
-Una época muy feliz en lo personal, inclusive fue donde nació mi hijo. En lo profesional, aprendí y crecí un disparate. Estoy muy agradecido de los planteles que conformé, los entrenadores que tuve y las amistades que formé.