Analítica, simple, humilde y alegre. El básquet, la familia, el idioma y el mundial de fútbol, son algunos de los temas que Adriana Amado trató con el departamento de prensa de Obras Basket. La entrenadora Brasilera llegó a Obras para trabajar en el femenino del club y cumple sus objetivos con creces.
¿Cómo estás viviendo esta experiencia en Argentina?
– Van a ser cuatro meses que llegué al país. Aquí se vive una rutina diferente de entrenamiento, de campeonato y ligas. Pero es una experiencia muy buena porque podemos compartir muchos conocimientos personales. Siempre llegan cosas nuevas a nuestras manos y, particularmente, estoy disfrutando mucho.
Vine a trabajar como asistente de la Liga y a cargo de un equipo de inferiores. Hoy, además de eso, ya estoy a cargo del equipo de Liga de Desarrollo, lo que me parece algo estupendo que no existe en Brasil; y Primera Capital Femenina A. Tengo partidos diariamente porque el volumen de juegos es altísimo, debido a la cantidad de equipos que compiten. En Brasil, un torneo de inferiores tiene entre 5 y 6 equipos metropolitanos como máximo.
¿Qué diferencias encontraste entre el básquet argentino y brasilero?
– Son aspectos bien puntuales los que diferencian el básquet argentino, del brasileño.
Entrenamientos: en Brasil se entrena todos los días, dos horas. La liga principal lo hace en dos o tres turnos, dependiendo de las rutinas de gimnasio. En Argentina no se entrena con esa intensidad.
Retribuciones: en Brasil, las jugadoras más jóvenes reciben una ayuda de costo para entrenar. Aquí no, las chicas entrenan porque les gusta y aman el deporte.
Profesionalmente: en Brasil se puede vivir siendo parte de un cuerpo técnico de la Liga. En Argentina, la mayoría tiene otro trabajo y toma el básquet de otra manera, en este aspecto.
¿Y dentro del rectángulo de juego?
– En Argentina se le da muchísima importancia a la práctica de fundamentos y se juega por sistemas ofensivos determinados. En cambio, en Brasil se juega con sistemas abiertos y menos lineamiento de cómo desenvolverse dentro del campo. Entrenamos fundamentos pero no creo que es lo suficiente, es un punto a mejorar.
En Brasil se entrena un juego mucho más dinámico y de ataques rápidos, sin hacer el foco que se hace aquí por desarrollar ofensivas estacionadas.
¿Cómo es tu vida en Buenos Aires fuera del básquet?
– El idioma está más o menos. El primer partido que dirigí fue un desastre (risas), a pesar de haber ganado en suplementario. Ahora la comunicación mejoró mucho.
Realmente no he tenido mucho tiempo para salir a pasear y conocer porque uso mi tiempo libre para descansar. Algunas veces hice algún que otro paseo con las jugadoras, pero no mucho más que eso. He conseguido conocer más cuando el viajamos con el equipo de Liga a otras provincias.
En la comida falta un poco de condimento y variedad. En Argentina se come mucha carne, papa y pasta.
¿Cómo es el contacto con la familia?
– Es difícil estar lejos. Vine para estar seis meses completos. En agosto vuelvo unos días a Brasil (Santo André, conurbano de Sao Paulo) y ya tengo que regresar al club porque tengo contrato hasta diciembre. En inevitable extrañar a mi familia.
Uno de los puntos a resaltar de la Liga es que todos los partidos son transmitidos por streaming. Gracias a eso, mi familia acompaña todos los partidos y pueden verme en cancha.
Además la comunicación de Obras Basket es muy completa, por medio de sus redes sociales y sitio web, por lo que hay mucho material para que puedan acompañar mis pasos aquí.
¿Cómo estás viviendo el mundial de fútbol?
– Nunca había vivido la experiencia de ver un partido de Argentina, entre argentinos. Fue algo sensacional. Tuve que quedarme tranquila, me advirtieron que no podía decir muchas cosas. Tampoco podía moverme, los argentinos son muy supersticiosos.
Cuando juega Brasil no hay opciones. Ahí tengo que gritar también, a pesar que me toca recibir todo lo que hice en los juegos de Argentina.
El equipo brasilero es muy bueno, pero admiro mucho a Tite. Para mí es el líder del equipo por excelencia y quien puede hacer que la selección llegue lejos en el mundial. Me gusta mucho estudiar la parte de gestión de personas, de la manera que él lo hace.
¿Qué esperás del medio año que tenés por delante en el club?
– Vine pensando en corto plazo, para hacer una gran experiencia. Ya he trabajado mucho con categorías formativas y equipo profesionales. Siempre se proyecta poder avanzar regularmente. Lo que me planteo aquí en Obras es seguir adelante, a medida que el club confíe en mi trabajo y quiera aportar en mí.
