Ha sido uno de los extrajeros que más tiempo lleva en el equipo. Siempre con un «sí» por delante y dispuesto a colaborar, intentando que el equipo se desplace hacia adelante y crezca.
Arnau Moreno, cuenta cómo es para él la vida en Buenos Aires.
¿Cuál es el lineamiento de trabajo físico con los jugadores que combinan Liga Nacional, de Desarrollo e inferiores?
– Con los preparadores físicos del club buscamos el consenso para trabajar sobre una misma línea, no tanto a nivel de equipo, sino personalizado hacia cada jugador. Cada jugador reclutado se debe individualizar porque las necesidades no son las mismas.
Me encargo en el trabajo de los jugadores de la Liga y realizo un trabajo coordinado con quiénes se suman en el trabajo diario del equipo profesional, para que no nos pisemos.
Creo que los jugadores, en esta temporada, están trabajando muy bien. Sobre todo, a nivel de rendimiento, fuera de cualquier resultado.
¿Cuál es la diferencia en la preparación física de un jugador de Liga y uno de LDD?
– Hay dos perfiles. Uno dedicado a quién precisa construir su cuerpo, que serían los jugadores más jóvenes. Ellos mantienen una presencia activa en el gimnasio, buscando fortalecer y desarrollar las extremidades. Otro enfocado a mejorar déficits individuales y de rendimiento, que les ayude a perfeccionar el juego dentro del campo.
¿Cómo es tu vida por fuera de Obras Basket?
– Me gusta más descubrir, que me muestren y faciliten las cosas. Desde que he llegado he optado por eso. Hay un detalle con respecto a eso. Cada vez que salgo a conocer utilizo el hashtag #nosiesta en mis redes. Cuando salimos de gira con el equipo y ellos deciden descansar, no tengo por qué dormir, por lo que salgo a recorrer.
Para mí, en Argentina, todo es novedad. Entonces intento conocer todo lo posible, respetando los horarios laborales.
En esa recorrida, ¿con qué te encontraste?
– Me encontré que, sobre todo en Capital Federal, no tiene nada que envidiarle a ningún lugar del mundo. Tiene muchas opciones a nivel: ocio, restaurantes, vida social y felicidad. Es una ciudad alegre, abierta a la calle. Hay muchos lugares en el mundo que a las 18 o 19hrs. ya anochece y finaliza el día, todo lo contrario a lo que ocurre aquí.
¿Qué aspecto del día a día ha llamado tu atención?
– Lo que me ha llamado la atención es que no se respeta mucho al peatón. Es decir, debes estar en alerta constante cuando se camina por la ciudad porque no hay mucho respeto sobre el cruce de zebra.
La vida en Buenos Aires, ¿es lo que esperabas?
– Cuando surgió la opción de venir, lo analicé por el costado profesional. Me está permitiendo trabajar en un rol que, para este club, es clave. Obras encaja en lo que yo ya he hecho: desarrollar jóvenes. Tengo los medios necesarios para poder hacer todo el trabajo que necesito.
En lo personal me despertó la curiosidad de conocer y poder vivir en un país en el que hay una atracción muy grande. Cuando llegué fue con la expectativa de vivir una experiencia y lo haré al máximo.
No nada de lo que me arrepiente.
Luego de unos meses, ¿qué te falta de España?
– Lógicamente el círculo de relaciones personales. Es lo que más me ha fortalecido en mi relación con los jugadores extranjeros porque vivo y siento cosas similares que ellos. Ha generado una complicidad que nos acerca.
Extraño un poco las comida. Es que en Argentina se come muy bien, pero no muy variado. El argentino no sale de la carne, la pasta y la pizza.
¿Crees que el día que te toque partir de aquí vas a extrañar “la carne, la pasta y la pizza”?
– Seguramente. La cultura del asado será lo que más extrañaré. De ello me quedo con la calidad del producto porque es diferente, aunque lo encuentro básico. No deja de ser la carne y un poco de chorizo y morcilla. Lo que me atrae de esta filosofía es que con poco se hace mucho.
Voy a extrañar el componente social. Me llama la atención cómo la gente se organiza y colabora para vivir buenos momentos.
¿Qué lugar de Argentina fue lo que más disfrutaste?
– En Capital Federal, Palermo y San Telmo me han gustado mucho. Tigre me parece un lugar particular y curioso para desconectar el ritmo de la ciudad.
A nivel país he tenido la suerte de conocer las Cataratas del Iguazú. Creo que es lo que cualquier persona debería ver porque es algo natural. Es distinto a todo lo demás porque no ha recibido el “toque” humano. Es algo que me ha dejado muy impresionado.
Me gustaría visitar el sur y conocer el Perito Moreno. Siento que son dos lugares únicos en el mundo y quiero aprovechar a conocerlos.