Emmanuel Fernández cumple con varias tareas dentro del proyecto de Obras Basket de fomentar a la cantera del club. Además de llevar a cabo el deporte en la colonia, es entrenador de las categorías U15 y U17 (ambas en tira B), y asistente de U19 tira B, la Primera B y la Liga de Desarrollo.
Sabe perfectamente que el destino lleva tiempo recorrerlo, por lo tanto les enseña a sus dirigidos, no solo desde lo deportivo, sino también desde los valores, que se reflejan a lo largo de la etapa de las inferiores.
¿Cuáles son los aspectos más importantes a tener en cuenta con los más chicos y cómo se trabaja?
Hay dos aspectos que son claros. Lo primero son los fundamentos individuales, explicarles cómo se pica o se pasa la pelota. Lo otro tiene que ver con lo humano: el compañerismo, la solidaridad, el juego en equipo. Se le da mucha prioridad porque les va a servir toda la vida. Después, los chicos terminan aprendiendo a jugar al básquet. También, la paciencia es algo que trabajamos más por lo bajo. Se dice que hay que ser inteligente en este deporte, y para eso hay que ser paciente.
¿En dónde ves la influencia de estos valores?
El entrenador es el primero que debe ser paciente. En enero y febrero, uno no va a ver lo mismo que en octubre o noviembre. Un ejemplo es el juego colectivo. Hay avances que se ven a corto plazo, como el cambio en la técnica del tiro o la manera de pasar el balón. Quizás los chicos no se dan cuenta del desarrollo, entonces ahí está la cabeza del director técnico. Hay un plan de entrenamiento y uno debe tener en claro en qué momento se van a dar los resultados.
¿Cómo se los motiva para que sigan practicando el deporte dentro de la institución?
Muchas veces predicando con el ejemplo. Ellos notan si hay una buena relación entre los entrenadores, como sucede acá. Si alguno comete un mismo error dos veces, y los directores técnicos se lo explican de distintas maneras, él se da cuenta de que hay conexión. Arranca desde la confianza que se le da, la predisposición a escucharlos y enseñarles, y siendo sinceros con ellos, para que disfruten. Si vuelven, significa que las cosas se están haciendo bien.
¿En qué puntos hacés más hincapié, tanto en la U15 como en la U17?
En la primera categoría, buscan adaptarse al tamaño de la pelota porque pasan de U13 a inferiores. En general, muchos de ellos están en su primer año. También, se empieza a trabajar en la táctica y se les da situaciones de juego para que la lean. Después, se sigue aplicando el juego en equipo y se va reflejando con el trascurso del tiempo. En U17, se laburan los comportamientos individuales, pero ya debe haber una conexión grupal, en cómo uno se comunica con sus compañeros durante cada jugada.
¿Cuál es tu meta a lograr con cada categoría?
En U15, que se desarrollen para que pasen el año que viene a la tira A, contando con la mayor cantidad de fundamentos posibles. En U17, que conozcan el porqué de cada acción, es un componente más mental. Es ahí donde la paciencia se ve reflejada. Hay algunos que bajan a esta tira para jugar más minutos, con tal de estar listos si son llamados nuevamente. Y en la Liga de Desarrollo, ayudar a Santiago (Petersen) con el fin de que los jugadores estén en sus mejores condiciones, cuando los necesite el director técnico de la Liga Nacional. Otro objetivo es que todos disfruten, no sólo cuando están en formativas, y que se enamoren del club, además de jugar al básquet. En nuestras manos está desarrollarlos, ya sea como jugadores y como personas.