Juan Gutiérrez, más conocido como el Pipa, es un jugador histórico que tuvo una gran intervención en las últimas alegrías de Obras Basket. Fue galardonado como el jugador más valioso en el campeonato de la Liga Sudamericana 2012, además de haber levantado el trofeo de la Interliga en 2011.
Sin embargo, su legado con el conjunto de Núñez no se terminó. De hecho, quiere contribuir con el crecimiento de los jóvenes, desde un lugar en particular.
Ni bien llegás a Obras, ¿Cuál es el primer recuerdo que se te pasa por la cabeza, de tu etapa como jugador?
No sé uno puntual porque se me ocurren muchos. Sí me encanta estar dentro del club, venir casi todos los días, cruzarme con la misma gente. Así que extraño llegar al vestuario, que esté Rubén (el útilero) preparando la ropa, charlar con él, tomar unos mates, y obviamente los entrenamientos. Por suerte, fueron varias campañas y festejos.
¿Cuál es la anécdota que más te hace reír, cuando te acordás?
No me animo a contarte una puntual, creo que son demasiadas. Acá me tocó vivir etapas, ya sea como juvenil o como mayor. Los recuerdos más lindos que tengo son dentro de la cancha.
¿Cuál fue el título que más celebraste?
Lo de la Liga Sudamericana fue un festejo muy lindo porque lo pudimos hacer de local, junto con las familias, la dirigencia y gente que está metida acá hace muchos años. También, la Interliga fue el primer título conseguido en Obras e internacional, en Brasil. Para nosotros, fue la confirmación de un proyecto que venía encaminado, desde que vino Julio Lamas hasta que se formó un equipo joven y con ambición.
¿Cómo estás llevando adelante esta nueva etapa de tu vida? Cuáles son los proyectos que tenés en mente?
Trato de llevarlo lo mejor que puedo. Es muy difícil para los jugadores llenar ese vacío que queda después de terminar la carrera. Ahora, tengo un proyecto de representación deportiva con Maxi Fernández, quien es mi amigo. Esto genera nuevos objetivos a seguir y hace que estemos alrededor de la pelota, si bien se extraña jugar. También, me gusta hacer algunas colaboraciones periodísticas, ya sea comentar partidos o escribir crónicas. Es algo que siempre me gustó, el ser observador y expresarlo, pero todos los cañones están apuntando hacia lo otro.
¿Qué rol tiene el club?
Es muy importante. Lo que queremos hacer con mi socio, dentro de la representación deportiva, es acompañar a los jóvenes y ayudarlos a que su carrera sea la más fructífera posible. Acá trabajamos con varios de los que están en la cantera y asomando al profesionalismo, tanto en Obras como en Villa Mitre. Eso es lo que más energía nos demanda. Estoy contento de seguirlos, ver los partidos y estar en contacto diario.
¿Qué opinás del actual trabajo de la institución con las inferiores?
Es clave, el fruto no va a ser los triunfos en Liga de Desarrollo o un título. Eso se va a ver reflejado en el día de mañana, si no solo se convierten en buenos deportistas, sino también en buenas personas. En la actualidad, los referentes del equipo son chicos que llegaron al club hace unos años, como Barral, Zanzottera y Zurbriggen. Eso se consiguió después de mucho trabajo en la cantera. Ojalá se siga desarrollando con los que vienen atrás: Lautaro Berra, Luca Valussi, Martín Flores, entre otros.
¿Cuál es tu objetivo principal con los jóvenes?
Los objetivos son de ellos, mientras que el nuestro es solamente acompañarlo de la mejor manera posible. La vida de un jugador es increíblemente exigente y por momentos solitaria, más allá de que mucha gente se les va a acercar. Es importante volvernos un pilar en el que ellos se apoyen, a la misma altura que la familia, los amigos, y que les sirva nuestra experiencia a la hora de tomar las decisiones.