Nicolás Antonioli se sumó al grupo de trabajo de entrenadores de minibásquet a comienzos de este año, como profesor de los chicos menores a trece años de Obras Basket. Junto a Agustín Diz Ríos, comanda el proyecto de formación de los más pequeños del club, en lo referido a lo humano y deportivo. En la siguiente entrevista, Nico contó cómo llegó a la institución aurinegra, y de qué manera se está adaptando a la labor que exige Obras con sus jugadores desde las inferiores.
-¿Cómo se dio tu llegada al club?
Mi llegada al club se dio mediante Ignacio Narvaja, coordinador de inferiores, tras un contacto previo donde le comuniqué mi deseo por volver a dirigir y mis metas hacia el minibásquet del club.
-¿Cuáles fueron tus experiencias anteriores?
En cuanto a mis experiencias, comencé como árbitro, dirigiendo formativas durante dos anos y viendo el básquet desde otro lado totalmente distinto. Luego me incliné por dedicarme a ser entrenador ya que encontré en mí la debilidad por formar jugadores y sobre todo mejores personas. Tuve un paso por el Club Pinocho durante 3 años, del cual me llevé un gran recuerdo, ya que me dieron la posibilidad de crecer y aprender al lado de grandes entrenadores y mejores personas. Además me abrieron las puertas de esta hermosa profesión.
-¿Cómo te vas adaptando al trabajo de inferiores de Obras Basket?
La adaptación va mejorando a medida que pasan los días, los entrenamientos y momentos compartidos, tanto con los chicos como con los entrenadores. Ellos me lo hacen mucho más sencillo, y el club como institución es grandioso, dado el nivel de competencia y la infraestructura que tiene para ayudar a los jugadores a crecer de manera íntegra. Me llevo muy bien con Agustín Diz Ríos y todo el cuerpo de trabajo. Tenemos un objetivo muy claro: que los chicos se diviertan, aprendan a jugar al básquet, y adquieran fundamentos. Trabajamos mucho para que sean cada día mejores personas mediante valores, como el compromiso y el respeto.
-¿Cómo te llevas con los chicos y los profes?
Con los chicos me llevo muy bien. Es grandioso verlos sonreír en los entrenamientos y ver como evolucionan día tras día con las cosas que les transmitimos. En cuanto a los entrenadores, tengo el agrado de poder ir conociéndolos, a algunos más y otros menos. Seguro que con el correr del tiempo nos iremos conociendo más y compartiremos distintas experiencias. El club tiene grandísimos entrenadores, de los cuales hay que aprovechar y absorber al máximo cada enseñanza para seguir aprendiendo día a día.
-¿Qué metas personales te pones en tu trabajo en el club?
Mis metas personales son poder ampliar más aún la base de trabajo en el minibásquet, y como dije anteriormente, que los chicos del club estén bien fundamentados. Que se hagan amigos a través del básquet y puedan disfrutar distintas experiencias. Yo, como entrenador, quiero seguir sumando conocimientos para poder ayudarlos de la mejor manera y brindarles más y mejores herramientas.
