El departamento de prensa de Obras Basket conversó con Paula Reggiardo, entrenadora de las categorías formativas, que dio a conocer el crecimiento del femenino con tan sólo menos de un año de trabajo, cómo se siente con el club hoy en día y su visión de mejora hacia el futuro.
-¿Cómo se encuentra el básquet formativo del club?
-El básquet femenino se encuentra dando los primeros pasos y es como un bebé al que se le está enseñando a caminar. Con este cuerpo técnico en las categorías formativas estamos desde fines de junio, así que vamos menos de un año pero proyectamos y pensamos en cómo seguir en lo que queda del año y ya empezamos a planificar el año que viene. Estamos en pleno crecimiento y con mucho entusiasmo.
-¿Cómo se trabaja siendo jugadora y entrenadora al mismo tiempo?
-Me gusta mucho trabajar de entrenadora, porque me apasiona el básquet y también enseñar. Me parece importante el hecho de ser jugadora en actividad, porque las nenas te pueden ir a ver jugar y ver que haces lo que enseñás en las clases desde lo actitudinal, el trabajo en equipo y técnico. Creo que es necesario poder transmitirle a las más chicas en proceso de formación los valores que las van a acompañar toda su vida.
-¿Qué te parece el club como institución y qué sentimiento te genera?
-Obras me parece que es un referente en el básquet. Yo lo viví en mi época de inferiores que era referencia tanto a nivel metropolitano, como nacional. Pasamos diez años de inactividad, pero la realidad es que siempre se caracterizó por el básquet. A todo aquel que se le nombrara el club, sabe qué se practica. Este regreso es una gran noticia para todo el deporte, no sólo para nuestro área. Por otra parte, los sentimientos que me genera son difícil de explicarlos, ya que es el club de toda mi familia. Mis papás se conocieron trabajando en Obras. El club fue donde vinimos a pasar todos los domingos, los asados y cumpleaños. Yo comencé mi vínculo con el básquet en segundo grado cuando me mandaron a hacer todos los deportes, entre ellos, básquet y así fue como me decidí por este deporte, que después me dio tantas cosas.
-¿Cómo te sentís con el proyecto de Obras?
-El proyecto me gusta y me siento muy cómoda en él, siempre hay cosas para mejorar, pero creo que está buenísimo que así sea. Estamos por el camino correcto y desde el rol que me toca intento sumar en lo que pueda en cuanto a la formación, no sólo en la deportiva. Intentamos educar a través del básquet con valores y cosas que les servirán en un futuro, como la tolerancia a los errores, la frustración, querer mejorar, no rendirse. Transmitimos valores y brindamos herramientas a las más chicas en esta etapa, que luego les serán útiles toda la vida.
-¿Cómo es tu relación con Ignacio Narvaja en lo laboral?
-Nacho es el coordinador del básquet femenenino y la verdad que tengo muy buena relación, es muy claro y preciso en lo que quiere y cómo lo quiere. Creo que es fundamental la comunicación, ya que cuando las indicaciones no son claras, comienzan los malos entendidos. Es una persona muy abierta, sabemos que si tenemos una idea que queremos plantear, él va a hacer lo posible por llevarla adelante. Tanto él como Diego Ricci y Guillermo Suriani son totalmente permeables a nuevas iniciativas y creo que eso es fundamental para poder seguir creciendo.
-¿Qué lugar tiene el básquet femenino en el Club Obras?
-Que un club tan significativo en básquet masculino vuelva a abrir sus puertas al femenino es muy gratificante. En lo personal soy exigente, siempre voy a remar por el femenino, así que nunca me conformo, pero sé que es gradual. Vamos menos de un año y hay que tener paciencia. Se le da la importancia, de hecho que haya cobertura del femenino no pasa en todos los clubes y habla de la difusión del deporte, pero siempre exigimos más, tanto a nosotros mismos como a los demás, para hacer conocida la actividad y que se promueva más el disciplina.