De tanto en tanto el básquet nos regala historias que conmueven y emocionan. Lejos de un doble agónico, de un triple espectacular, o de una victoria, esto pasó afuera de la cancha y es tanto, o más, digno de aplaudir.
El amor por el básquet unió en una misma historia a un Mini de Ameghino con una jugadora profesional de Obras Sanitarias, de Buenos Aires. ¿Qué sucedió? Massimo Romano es uno de los tantos chicos que, cuando Ameghino juega un partido de competencia nacional (Liga Femenina o Liga Argentina) quiere sumar su granito de arena de alguna manera.
En su caso, sentado a un extremo de la cancha, toalla en mano, esperando tener algunos segundos de protagonismo cuando hay que secar el parqué tras la caída de alguno de los protagonistas.
El día que jugaron el primer partido de Playoffs de Liga Nacional Femenina Ameghino y Obras Basket, el pasado 28 de abril, el pequeño León de la categoría Mini se dejó asombrar por la habilidad con la pelota y el carisma de la puertoriqueña Dayshalee Salaman durante la entrada en calor.
Inquieto y curioso, Massi le preguntó de dónde era, dónde había jugado y cómo era su país.
Bastaron unos pocos minutos para entablar una conversación y la jugadora del seleccionado de Puerto Rico le prometió regalarle unas zapatillas de basquet, al ver que “Massi” no traía las suyas puestas.
El partido terminó. La serie se trasladó a Buenos Aires. Ameghino ganó un juego, perdió otro y quedó eliminado. Pero lejos de terminar ahí la historia, Salaman se encargó de cumplir con su palabra y envió un paquete para que le entregen a Massi con las jugadoras de Ameghino. “No se olviden de decirle que nunca deje de perseguir sus sueños”, les encomendó.
Hoy, casi 10 días después de aquella charla a un costado de la cancha en la previa del inicio del primer juego, la jugadora de las Leonas Belén Castellino, y el “profe” Nicolás Tilloy llamaron a Massi y le preguntaron si recordaba qué una jugadora le había hecho una promesa.
Massi no olvidó, ni tampoco pudo contener las lágrimas cuando le mostraron el regalo que tenían para él de parte de Salaman.
Emocionado, y sin poder ocultar su sonrisa, ahora el que hizo una promesa fue él: Darle un fuerte abrazo cuando la vuelva a ver.
Basquet, en su estado más puro, resumido en una bella historia de las que dan gusto contar.
Nota: aquí se puede ver el video cuando Massimo recibe las zapatillas de manos de los profes de Ameghino. ¡Emocionante!
FUENTE: Gentileza Prensa Ameghino