El Mundial U19 de Hungría fue aprendizaje constante para Agustina Marín y Giuliana Baccarelli. Las Rockeras fueron componentes del combinado que representó a nuestro país en Debrecen, y valoraron una experiencia única en el inicio de sus carreras profesionales.
“Fue un sueño hecho realidad. Es algo que una deportista, de cualquier disciplina, anhela llegar algún día. Nosotras pudimos hacerlo en este Mundial U19. Fue una experiencia que quedará marcada para siempre en mí”, adelantó Marín.
“Es una experiencia única que pocas personas tienen la oportunidad de vivir y que tampoco se repite muchas veces en la vida. Intente vivir el día a día, disfrutando de cada momento dentro y fuera de la cancha. Aprendés mucho en estos torneos, a nivel deportivo y personal”, contó Baccarelli.
Argentina se encontró con selecciones de gran nivel, con mayor rodaje en competencias internacionales. Las dirigidas por Sebastián Silva finalizaron el torneo con dos triunfos, tras quedar fuera de posibilidades por el título en la Fase de Grupos. Sin embargo, los resultados no condicionaron el andar de la selección. Cada minuto fue aprovechado para absorber e incorporar aspectos de juego que se continuarán trabajando.
“Nos preparamos al 100% para eso, pero nos encontramos con una vara altísima. Otro estilo, otra efectividad, ritmo de juego. Se nota mucho la diferencia en la competitividad que selecciones de Europa tienen entre sí. Fuimos a plasmar lo que habíamos practicado y estamos muy contentas con nuestro desempeño grupal. Ahora queremos sumar de aquí en adelante” analizó Agustina Marín.
“El nivel de juego no impidió que sigamos con nuestro objetivo. Más allá de los resultados, queríamos imponer nuestro juego y hacer pelea a cada equipo que nos enfrentáramos. Conseguir que el partido sea dinámico y tener la mayor cantidad de posiciones posibles, cosa que logramos como equipo”, agregó Giuliana.
Para Agustina Marín, los promedios individuales también enaltecieron su performance en el campeonato. La jugadora de Obras aportó 7.7 puntos, 3.1 rebotes y 1.9 asistencias por encuentro. “Me hubiera gustado poder aportar un poco más al equipo, pero el nivel de las rivales fue alto y era difícil poder lucirse.
Me sentí cómoda dentro de la cancha y con mis compañeras. En los momentos claves que tuvimos para apoyarnos y demostrar lo que hacemos, pude hacerlo con facilidad. Así que, en lo personal, estoy muy contenta. La experiencia me sirvió un montón para crecer en lo personal”.
Tanto Giuliana Baccarelli, como Agustina Marín, decidieron elevar sus objetivos personales a nivel profesional, tras una experiencia imborrable.
“Ahora que di este paso en el que vi este otro nivel de competencia y fluidez de juego, me abrió mucho los ojos y me hizo dar cuenta que no todo queda en lo nacional, que hay un nivel más alto y que individualmente, como jugadora, puedo llegar. Subo mi vara para trabajar en pos de eso”, sentenció Marín.
“Estas experiencias permiten aprender muchas cosas. Tanto en lo profesional como lo personal. Medirse con jugadoras de otro nivel hace que reflexione y trabaje para cambiar, mejorar, y tener otra oportunidad de disputar un torneo de esta talla”, concluyó Baccarelli.
Con el último triunfo sobre Brasil, por 69 a 63, Argentina cerró su participación en el 15to puesto, tras disputar la reclasificación, y dio un paso más en su formación profesional para competir en la elite de las categorías formativas.
Crédito imágenes: FIBA.