Obras Basket concluyó su participación en la Liga de Desarrollo Femenina, luego de haber perdido con Vélez Sarsfield en la semifinal. El conjunto de Núñez no pudo coronar su gran fase regular, en la cual finalizó primero con un récord de once victorias y cuatro derrotas.
Las lesiones de Micaela Sabater y Martina Rodríguez Biré complicaron a las rockeras durante el último tramo del certamen. Es que la base promedió catorce puntos, 2,2 robos, seis rebotes y 7,8 asistencias en 29 minutos por encuentro, mientras que la media de la escolta fue de 8,8 tantos, 2,8 recuperos y 6,8 tableros.
“Fueron momentos difíciles tanto para las jugadoras como para el grupo. En nuestro equipo todas son importantes. Y las que no pudieron jugar en la fase regular del Final Four fueron bajas claves. Aún así, ellas siguieron trabajando duro, haciendo lo mejor para mantener el nivel y la consistencia de trabajo”, dijo la entrenadora Adriana Amado con respecto a los inconvenientes físicos.
Sin embargo, la DT fue autocrítica sobre el desarrollo del partido del viernes pasado, en el Templo del Rock. “Principalmente en el tercer cuarto, no conseguimos mantener el equilibrio emocional y acumulamos muchos errores. No pudimos revertir la situación, y eso nos costó la clasificación a la final”, afirmó.
En cuanto a la primera rueda, las aurinegras pudieron explotar el ritmo de juego que se busca implementar en cada categoría del club. De hecho, lideraron en puntos (71,4), rebotes (47,8) y asistencias (16,4) por juego, además de haber tenido el mejor porcentaje de triples (27).
Julieta Pérez fue la máxima anotadora de Obras con un promedio de 18,5 unidades, mientras que Rocío Bereilh (12,6 y 3,4 pases gol), María Victoria Fux (12,3, nueve rebotes y un tapa) y Valentina Numa (9,8) se destacaron por la conducción del balón, versatilidad y efectividad desde el perímetro, respectivamente. Asimismo, Melanie Fugellie mostró inteligencia y solidaridad en ambos costados de la cancha (11,9, 5,1 tableros y 1,8 robos). De las U15, Génesis Toledano sacó a relucir su movilidad en la pintura (7,1 y 9,2) y Agustina Marín (4,8, 3,6 y 1,2), su traslado de pelota y solidez defensiva.
“El objetivo de desarrollar jugadoras fue también exitoso, hoy veo por lo menos a tres o cuatro jugadoras con capacidad de estar en un equipo de Liga a corto plazo, más dos o tres con gran prospecto a largo plazo. Eso es muy importante para el básquet femenino del club”, aseguró Adriana Amado. Y agregó:
“Jugamos todo el torneo con respeto y honestidad, contra todos los equipos. No pudimos ser campeonas, pero sí somos vencedoras y ganadoras por todo lo que pudimos realizar. Tengo mucho orgullo de eso, además de todos los momentos compartidos con el grupo afuera de las canchas. Y de poder enseñar, aprender y tener lindos recuerdos”.