Pasaron algunos días desde la finalización de la primera Liga Nacional Femenina, que coronó a Unión Florida como ganador, Lanús en el segundo puesto y Obras Basket un escalón por debajo. Sin embargo, las emociones siguen a flor de piel porque el estreno conquistó a un gran número de seguidores que colmaron los distintos sectores del Templo del Rock, en Obras Sanitarias.
La capitana de las rockeras Paula Reggiardo analizó algunos puntos de este primer salto realizado por la AdC (Asociación de Clubes) y la creación de otra oportunidad para el básquet femenino, el tercer puesto de Obras Basket, que igualó a su mejor actuación en la SúperLiga 2016, la reacción del equipo para quitar el mal trago de la semifinal ante Lanús y caratuló a Unión Florida como el justo campeón.
-Se disputó otro certamen bien federal y con el título de Liga Nacional, ¿qué significa esto para el básquetbol femenino?
-La creación de la Liga con el mismo nombre que el masculino está bueno, ya que también le da una identidad. Teniendo ese objetivo en el tiempo, llegar a ser como la liga masculina, a ese nivel de juego, calidad y cantidad de equipo, que ayude a todo el desarrollo de la rama femenina. Ya sea desde chiquitas que nos ven jugar, entrenadores que se forman para poder estar y ser de Liga, esto nos va a llevar a mayor crecimiento. Esta recién fue la primera edición y como todo primer paso hay que hacerlo y después ver cómo mejorar, pero para mí es más que positiva la experiencia como jugadora. Las finales en Obras tuvieron un marco excelente con los shows, la gente que asistió y la transmisión por televisión. Y todo esto suma al femenino.
-¿Lo analizaste con pros y contras?
-Siempre intento ser positiva. Está buenísimo que surjan cosas nuevas, que se puedan hacer. Como contra, al ser la primera edición, puede llegar a ser la cantidad de equipos, siempre y cuando lo compares con el masculino. Aunque es una evolución que va a tener el año que viene, seguro contará con más equipos y así sucesivamente. Y capaz en algún momento llegaremos a tener tres niveles profesionales, como el Torneo Federal, TNA (Torneo Nacional de Ascenso) y LNB (Liga Nacional de Básquet). Vimos que los equipos de la primera edición de la LNB masculina muy pocos siguen vigentes, pero es todo un ciclo y una historia que hay que recorrer. Por el lado de los puntos a favor, van de la mano con todo lo creado mediante este campeonato, como ir a provincias que nunca vivieron este estilo de torneos, que disfruten del básquet femenino, la incorporación de extranjeras y les guste el torneo. También que al irse recomienden la liga argentina.
-¿Cómo viste la final y el campeonato que quedó en manos de Unión Florida?
-Las finales las vi por completo. Hubo un clima muy bueno, con la cancha repleta de público por todos los equipos y gente neutral que fue a ver el mejor básquet femenino de la Argentina. La verdad es que fue un lindo partido, errático al principio, pero es normal en estas instancias y Unión Florida fue un justo campeón: jugaron bien, tuvieron un buen torneo, tienen jugadoras que se entienden, se conocen y saben qué roles cumplen. Y a su vez individualidades imparables, como Melisa Gretter (elegida como la jugadora más valiosa) o Marta Tudanca. Jugaron un gran Final Four. Las finales fueron lindas de verlas y vivirlo desde adentro. La gente con la que hablé estaba contenta y sorprendida por el nivel que brindamos. Aparte no toda era del ambiente y nos siguieron por televisión. Los que no habían visto femenino tuvieron palabras positivas y dijeron que vamos por el buen camino. Es un producto que se puede seguir desarrollando y ofreciendo.
-Junto a Bárbara Landro son las únicas que participaron en todos los partidos de Obras desde su regreso. En este caso, alcanzaron el tercer Final Four consecutivo y por segundo año seguido un podio, ¿qué sensaciones les dejó esta LFB?
-Como dice la canción, seguimos «Pasito a pasito». Siento que vamos creciendo torneo a torneo. Nos quedó un sabor amargo por no llegar a la final, no lo vamos a negar. Intentamos llegar a lo más alto, pero pudimos mejorar y salir terceras al día siguiente. Las sensaciones son buenas, porque llegamos al Final Four y logramos un objetivo. Uno se exige y quiere avanzar un poco más, porque somos competitivos. Pero Obras tiene tres años desde su vuelta al femenino y que en la actualidad estemos hablando de que participamos de todos los Final Four es un gran mérito. El balance es positivo y sentimos que como equipo seguimos avanzando.
-¿Qué creés que faltó para llegar a la final con Unión Florida?
-Nos faltó efectividad. En los partidos de este estilo, las pelotas suelen tener otro peso, errarlas es un balance que no llegás a hacer. Nos faltaron lecturas en ataque, también encontrar nuestro juego y en defensa tampoco fuimos agresivas de entrada. No fue el mejor partido que tuvimos. Tampoco fue el peor, ya que creo que fue con Deportivo Berazategui en la fase de grupos, cuando perdimos por 22. Además, ante Lanús fueron pocos puntos de diferencia, donde lamentás una bandeja, un libre o un lanzamiento que no entró. Así es este deporte, por eso nos gusta tanto. Es impredecible y es imposible decir faltó esto, lo otro o aquello. Por ende, creo que fue una suma de factores y, que a pesar de ello, perdimos sólo por cinco tantos.
-Con esta derrota difícil ante Lanús, dejándolas sin chances del título, ¿cómo hizo el grupo para levantarse de cara al tercer puesto?
-Despúes de perder, en el vestuario dije que no era lo mismo salir cuartas que terceras, ni tampoco igualar tu mejor perfomance a empeorarla, debido al tercer puesto de la SúperLiga 2016 y no quisimos bajarlo. Aunque sea debíamos mantener ese escalón. Entonces no hubo mucho tiempo para pensar, sino limpiar y enfocarnos en el siguiente día. Así que llegamos, pusimos nuestra música, nuestra buena onda, tuvimos una entrada en calor larga, distendida, que nos sirvió para despejar y llenarnos de positivismo. Lo que intentamos pensar en ese momento es porqué jugamos este deporte y porqué nos gusta tanto. Y es que nos gusta ganar. Teníamos un nuevo partido, con otra posibilidad, sin revancha, pero sí que nos sacara ese sabor amargo. No la podíamos dejar pasar. El amor propio y las ganas de creer que el tercer puesto fuera lo más justo, nos llevó a estar mejor. Fue un partido muy físico, aparte de lo mental. El partido anterior fue difícil y en tiempo extra, entonces ese espíritu se sintió y desde el primer momento marcamos la intensidad del juego, también en la salida del tercer cuarto hicimos saber que estábamos ahí para llevarnos el partido, eso se contagia y si alguna estaba un poco deprimida, esto la llevó a sumarse a la motivación. El equipo lo supo manejar bien y creímos merecerlo.
-El trabajo de las extranjeras amplió esta variante constante que caracteriza al equipo, ¿cómo fue el trabajo de adaptación para alcanzar el buen nivel?
-Las extranjeras se sumaron bárbaro. Con ellas pegamos una onda excelente y eso ayudó un montón al equipo. Venían de tres países diferentes a competir, congeniaron con nuestro estilo de juego, con nuestra forma de ser, bien brindadas para el plantel. A pesar de que ahora siento que tengo tres personas más que compañeras, espero cruzármelas en algún otro lado o que vuelvan acá para jugar. La verdad es que se adaptaron muy bien. El equipo ayudó muchísimo. Ellas supieron entender lo que es ser pioneras en una liga, sumamente diferente a las otras que vivieron, en cuanto a detalles, a miles de cosas que la Liga tendrá aceitadas más adelante y lo comprendieron en todo momento. Estuvieron diez puntos.