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Perroti custodia el destino de Obras

Federico Perroti (41), el «Cebolla» para los amigos, es otro de los integrantes del equipo de Maxibásquet +35 de Obras. Dueño de una personalidad fuerte, es ese jugador que aporta carácter, sobre todo en el rubro defensivo. La seguridad es otra de sus virtudes, tanto dentro como fuera de la cancha: es la cabeza de una empresa de custodias que lleva su nombre. Perroti habla de su pasión por el básquet, del equipo y de su trabajo.

-¿Cómo fue tu recorrido en el básquet?
-Empecé a jugar al básquet a los cuatro años en el club Ciudad. Ahí hice la escuelita, mini, premini e infantiles. Después hice segundo año de infantiles en Obras y estuve hasta los dos de cadetes. Después volví a Ciudad y me quedé para jugar en la primera. Luego pasé por Arquitectura, UBA y Buchardo, hasta que en 2012, con 35 años, vine a jugar con los veteranos de Obras, donde ya jugaban amigos como Leo Montero y Fabián Pérez. Me invitaron a formar parte y justo ese año salimos campeones. Llegué para darle el título (se ríe). No, es una broma.

-¿Qué significó ganar ese campeonato?
-La verdad que fue especial. Yo venía jugando en primera, y pasar a veteranos uno piensa que es más fácil. Sin embargo, el primer año es bastante complicada la adaptación. Pero bueno, era un grupo con amigos y otros conocidos. Poder obtener el título fue una satisfacción muy grande, más todavía porque nos dimos cuenta de que no es nada fácil lograr algo así a medida que seguimos jugando. Fue algo muy importante.

-¿Qué es lo que más disfrutás de seguir jugando al básquet?
-Primero que yo no perdí el bichito de seguir jugando y compitiendo. Me gusta jugar y ganar. Igual, el básquet pasa a un segundo plano. Lo más importante es juntarse con amigos o gente que uno va conociendo. El tercer tiempo, a la hora de ir a comer, genera un sentido de amistad también.

-¿Y al equipo cómo lo viste hasta acá en el aspecto competitivo?
-El equipo casi no se arma porque el año pasado se fue mucha gente por decisiones personales o porque simplemente dejaron la actividad. Se armó un grupo en el que quedó una base y se tomaron muchos jugadores nuevos. La verdad que no somos un equipazo, pero somos correctos para participar y competir. Podríamos hacer tenido un poco más de compromiso a la hora de entrenar, pero no se pudo dar por distintas responsabilidades cotidianas.

-Tenés una empresa de seguridad, ¿no? ¿Cómo lo manejás eso y lo combinas con el deporte?
-Sí, tengo una empresa de seguridad con muchos empleados a cargo. También hago trabajos yo mismo para muchos clientes. El grupo me respeta por lo que hago y la empresa que llegué a armar. Tenemos clientes en boliches, bares, edificios, eventos y mucha custodia de famosos. Es amplio el espectro de trabajo. Lo combino bien, por eso también estoy bastante entrenado. Hice judo mucho tiempo, por eso se de defensa personal y artes marciales. Siempre recomiendo estar ligado al deporte, porque genera educación y aporta valores.

-Haciendo un paralelismo con esto, ¿en qué creés que le aportas seguridad al equipo?
-A partir de mi personalidad impongo un respeto. A la defensa le doy mucha seguridad, y creo que estoy capacitado y entiendo el juego. Me gusta mucho el básquet, lo sigo todo el tiempo. Viajo para ver torneos. Es una cosa muy importante en mi vida. Lo llevo adentro desde que nací.

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