El minibásquet y parte de las inferiores de Obras disfrutaron junto con el Club de Baloncesto Soldados Élite de Colombia de su tercer y último entrenamiento compartido. En una nueva reunión a través de Zoom, esta vez se vivió una jornada diferente: no estuvo tan orientada a lo basquetbolístico, sino a lo lúdico y lo cultural. Además, las categorías que entrenaron por separado en las anteriores oportunidades, esta vez se juntaron en un solo evento, desde las 11 de la mañana.
En ese sentido, desde el arranque de la mañana se sintió la diferencia. Si bien todos los días compartían comentarios sobre sus gustos y sus costumbres, lo de hoy empezó así: «¿Qué desayunaron? ¿Qué se come a la mañana en Argentina?», preguntaron los colombianos, a lo que tanto los adultos como los chicos de Núñez respondieron con explicaciones y la devolución de la pregunta. «Acá tomamos mucho café, y desayunamos casi siempre con huevo», respondieron los de Bogotá.
En eso consistió el agradable rato compartido. Soldados Élite compartió un juego que simulaba al famoso «¿Quién quiere ser millonario?», con preguntas sobre la cultura colombiana que los argentinos debieron responder, y luego fue el turno de ellos responder trivias sobre nuestro país. Más tarde, apareció la famosa ruleta que utiliza el club rockero. En esa instancia, una rueda giraba y decidía qué juego llevarían a cabo, similar a lo que sucede en los torneos internos.
Para finalizar, los bogotanos propusieron un «concéntrese», es decir, un juego de la memoria, como se lo conocería en Argentina. Los chicos, por turnos, tenían que encontrar pares. Por ejemplo: encontraron la foto de Diana Taurasi, jugadora de la WNBA con ascendencia rosarina, y tenían que descubrir detrás de qué balón estaba su nombre.
LO QUE DEJAN ESTOS ENCUENTROS
Agustín Diz Ríos, entrenador del minibásquet de Obras, comentó sobre estos encuentros con Soldados Élite de Colombia: «Para nosotros es muy importante porque los chicos conocen otras realidades, otros entrenadores, otro acento para hablar, lo cual les llama la atención. También es importante que sepan que en otros lados están entrenando igual y que están haciendo el mismo esfuerzo que hacen ellos».
Estos encuentros internacionales tienen un sabor especial, como Agustín lo marcó, y permiten acercarse y conocer nuevas cosas a través del básquet: «Nos quedamos con una buena sensación de haber podido compartir, haber aprendido cosas de su cultura, su alimentación, su forma de entrenar. Nos llevamos eso. El balance que hago es que fue muy positivo. Tanto los chicos como los padres valoran mucho el intercambio que hacemos con otros países, así también como el que hicimos con España. Siempre que estemos ligados a una pelota de básquet, y que les podamos acercar una actividad relacionada con el básquet a los chicos, va a ser positivo», analizó.
Para finalizar, Diz Ríos se expresó sobre el futuro a corto plazo: «La actividad del minibásquet de ahora en adelante será seguir con los entrenamientos programados vía Zoom, hasta que podamos volver a la cancha, siempre intentando innovar con diferentes cosas para que los chicos se sigan sintiendo motivados».