El minibásquet de Obras es, para los chicos y chicas de hasta 12 años, como un segundo hogar: fuera del horario escolar, asistan o no al Instituto José Ingenieros, los jugadores rockeros se entrenan para perfeccionarse basquetbolísticamente pero, especialmente, para encontrar un espacio de contención, diversión, y crecimiento como personas. Las categorías son Mosquito (hasta 8 años), Pre-mini (U-10) y Mini (U12) y, a pesar de competir por separado, los entrenamientos son mixtos.
LOS MOSQUITOS EMPIEZAN A SENTIR EL ROCK
La categoría más pequeña es la de los Mosquitos y en este caso una de ellas, Renata Genetti, de 7 años, contó lo que significa Obras en esta primera etapa de su vida tanto deportiva como social y académica: «Juego hace un tiempo al básquet en Obras, me gusta, aunque a veces si estoy enferma o si tengo que hacer cosas, no vengo. Voy al colegio acá, está bueno, aprendés mucho en el cole y haces cosas divertidas», comentó con la inocencia típica de una nena de su edad.
Renata tiene como entrenadoras a Belén Echeverría, también jugadora de los equipos de Liga Femenina y Primera Metropolitana, y Martina Rodriguez Biré, su asistente y también parte de los planteles de Liga de Desarrollo y Primera local: «Me llevo bien con Belu y Martu, son re divertidas, hacemos muchos juegos con conos, antes de empezar el partido siempre entramos en calor, jugamos a la mancha y hacemos estiramiento», contó con respecto a sus referentes.
«Las vi jugar algunos partidos, juegan bien. También me gusta como juega Micaela (Sabater, también jugadora de LDD y primera femenina, y monitor y planillera en los encuentros del minibásquet femenino) que también viene conmigo a los partidos. Me parece re bien que jueguen», se alegró Genetti, quien con solo 7 años ya está viviendo con toda la intensidad el mundo Obras y disfrutando de sus entrenadoras tanto en el aprendizaje de cada entrenamiento como de observarlas jugar.
¿Por qué te gusta Obras, Renata?
LOS U12 Y EL CARIÑO POR EL MINIBÁSQUET DE OBRAS
Algunos mini de Obras llevan ya varios años en la institución, e inevitablemente generaron un sentido de pertenenecia por todo lo aprendido allí. El trato de sus entrenadores, las instalaciones y el contacto con los jugadores profesionales son cosas que ellos ya pueden procesar de manera muy consciente y que significa mucho. Uno de ellos es Luka García: U12 de primer año que además tiene la particularidad de ser uno de los hermanos (junto con Galo y Milo) de Amaiquen Siciliano, quien jugó la última Liga Femenina para las rockeras.
«Hace 3 años que juego en Obras. Es un club muy lindo, me gusta mucho. Me parece que estuvo muy bien que Amaiquen haya venido a jugar acá, estuvo más cerca de nosotros. Me gusta compartir club con ella», comenzó Luka, quien agregó: «Me encariñé con el club en estos años. A Nico (Antonioli, uno de los entrenadores del minibásquet de Obras) lo conozco de Pinocho, me cae muy bien, Pipa (Diz Ríos, también entrenador) me dirigió desde que llegué, Jero (Jerónimo Rodrigo, asistente) también me cae bien y Agus (Falcone) también. Me gusta que los entrenamientos son muy intensos y me parece bueno que entrenamos mucha técnica también».
García es un apellido bastante común en nuestro país, pero en este caso hay una vinculación con el básquetbol nacional: Diego García, jugador profesional y campeón de Liga Nacional, es su tío. Junto con Siciliano, son dos personas muy cercanas a Luka, quien en relación con eso, apuntó a un objetivo bastante alto: «Me gustaría jugar en la primera de Obras».
En cuanto a su vida en el club, más allá de los entrenamientos, aseguró: «Vengo siempre a ver La Liga. Me gusta Pepo Barral, la habilidad que tiene y la visión de juego. Son muy lindos los partidos de Liga y muy parejos». El zurdo y joven jugador de Obras disputa, además de los partidos de minibásquet en la tira de todos los fines de semana, el Supermini: «Estamos cerca de salir primeros, venimos bien. Me gusta, ya lo jugué el año pasado. El primer partido metí un triple y me pareció raro, porque la línea de 3 está re cerca», destacó, entre risas, en referencia a las reglas diferentes que tiene este particular torneo.
Con respecto a los entrenamientos mixtos, declaró: «Entrenar con las chicas está bueno, me caen muy bien, juego todo el tiempo con ellas, hasta en el banco», y en cuanto a su visión de la competencia en el rockero agregó: «Me gusta que los partidos son parejos y difíciles».
LOS PADRES, UNA COMPAÑÍA ESENCIAL
Santiago Molina es mini de segundo año y su papá, Pablo, contó: «Santi viene desde los 7 años, me empezó a gustar el básquet por él, acá en Obras. Empezó y, en ese tiempo, en pre-mini, tenía que venir los domingos muy temprano e igual venía, se enganchó. La verdad que estamos contentos», comentó, y detalló su llegada al minibásquet de Obras: «La idea era hacer un deporte, en fútbol no se veía mucho y se dio lo del básquet, vimos que le gustó y arrancamos con esto. El club nos queda cerca y cuando vinimos a la entrevista con los profes la verdad que nos convenció».
Justamente los padres son importantes en el acompañamiento para que los chicos puedan generar el sentido de pertenencia que generan: «Venimos a ver La Liga, sobre todo este año, porque también nos invitan a los padres. Los invitan a ellos para que entren, él participó de algunos juegos en el entretiempo con otros minis, así que está bueno», describió.
Parte de ese compromiso surge por el propio grupo de jugadores que se forman, y él así lo destacó: «El no viene al colegio acá, pero nos gusta Obras. En U12 se armó un grupo muy lindo, de chicos y de padres. El se está relacionando muy bien con sus amigos y está adquiriendo como un sentido de pertenencia. Cuando arrancamos era yo el que insistía, y ahora él me pide a cada rato venir, no falta a un entrenamiento. Está re enganchado con el Supermini, con todo. La verdad que estamos contentos, tanto yo como mi señora y él».
El mencionado contacto con los profesionales es importante, y los padres lo tienen presente: «A los jugadores de La Liga los tiene identificados, Fer (Zurbriggen) es como el ídolo de ellos. Todas las cosas nuevas están buenas también… El otro día me contó que vino un entrenador español a darles un entrenamiento de técnica de tiro, así que todas esas cosas las valoran mucho. Este año no se si vinieron, pero el año pasado vinieron los de La Liga a jugar con ellos en el Mini y los chicos estaban embaladísimos», aseguró.
Por último, dio su mirada de adulto con respecto a los entrenamientos que juntan a los varones y a las chicas: «Que entrenen mixto está bueno, se relacionan bien, sin ningún problema. Es un grupo muy lindo y están bárbaro. Vos ves que por ahí los chicos no van tanto al choque y se reservan, pero no por no querer jugar contra una nena, por ahí se cuidan un poquito pero nada más. Con las profes también, muy bien, se identifican», cerró.