Los más pequeños de las formativas de Obras Basket, en sus divisiones masculinas y femeninas, tuvieron un 2017 repleto de diversión, en el que afianzaron su identidad de equipo, jugaron y crecieron junto a sus compañeritos. Por la rama masculina, el profe Agustín Diz Ríos analizó el año de sus pequeños y se refirió al proyecto de inferiores que realiza junto a Tomás Lamas y Emmanuel Fernández.
¿Cómo discribirías el año de las formativas?
Fue un año productivo, lleno de logros y proyectos individuales y grupales. Sobre todo, creo que fue un año lleno de diversión y amistad, que son parte de los objetivos que tenemos dentro del minibásquet. La labor que realizamos con Ema Fernández y Tomi Lamas es un trabajo en conjunto, en el cual todos estamos enterados de lo que hacemos para articularnos y darle a los chicos las mejores herramientas posibles, para que ellos se formen como personas y jugadores de básquet.
¿En qué crees que se hizo mayor progreso?
En lo grupal. Pudimos formar grupos de amigos, compañeros y equipos, que es nuestro mayor objetivo. Lo que queremos, en lugar de tener un equipo lleno de individuos, es ser todos un conjunto en el que cada uno de los chicos se pueda apoyar y formarse.
-¿Que destacas de cada uno de los equipos que tenes a tu cargo?
El equipo de premini arrancó con chicos muy chiquitos, con muy poco básquet encima. A medida que fue pasando el año crecieron a pasos agigantados, teniendo un fin de año con nociones deportivas bastante avanzadas y productivas para ellos. Tuvimos dos grupos, uno de más chicos y otros más grandes, algunos de estos últimos tuvieron entrenamientos y partidos con los mini, lo que hizo que crezcan de manera individual para luego trasladarlo al equipo. Poder jugar en una categoría superior es un logro de cada chico que me pone muy contento.
Por parte de los mini, la razón de equipo fue el mayor logro que conseguimos. Teníamos alumnos que eran muy individuales a la hora de jugar y afuera de la cancha. Terminaron siendo muy amigos entre ellos, incluso llegando todos juntos a los partido porque se habían quedado en lo de uno de ellos a dormir, o compartiendo diversas actividades que hicieron crecer una amistad.
En el caso de los preinfantiles, en principio de año nos pusimos el objetivo de darle minutos a cada uno de los chicos, y ahora notamos que la tarea fue cumplida. Pudimos darle el tiempo a cada uno que nosotros creemos necesario para que cada uno se forme y logramos que todos los chicos se desarrollen como individuos para poder llevarlo después al equipo. Consolidamos dos planteles fuertes en la tira A y B para unirlos luego en uno mismo. Dentro del minibásquet no consideramos que existan dos equipos en cada categoría, sino como un conjunto de jugadores.
Por otra parte, Belén Echeverría, jugadora de Obras Basket y profesora de las más chiquitas del club, también expuso su conclusión de fin de año, sobre el 2017 que tuvieron sus alumnas.
-¿Cómo describirías el año de las formativas?
Fue muy positivo, cargado de objetivos concretados. El mayor progreso se ve en la cantidad de nenas que se sumaron a lo largo del año, en el compromiso que asumieron tanto los padres como más nenas.
-¿En qué crees que se hizo mayor progreso? ¿Qué destacadas de cada uno de los equipos que dirigís?
Las premini es una de las categorías que más disfruto dirigir, este año se sumaron muchas nenas y su trabajo es muy valorable. Salen del cole a las 16hs y 16.30 y ya están en cancha entrenando a full, siempre predispuestas a jugar y a mejorar cada día.
La categoría mini es un placer de dirigir porque las nenas están en una etapa en la que podríamos decir que son como una esponja, absorben toda enseñanza y tratan de incorporarla para mejorar tanto individual como colectivamente.
Las U13, por último, son un grupo de chicas que destaco por su gran nivel de juego gracias a sus entrenamientos en conjunto con las U15, además de su compromiso, responsabilidad y sobretodo por lo respetuosas que son tanto con los profes como con sus compañeras.