El escolta Rubén Menini, leyenda del básquetbol argentino formado en la cantera de Obras Sanitarias, falleció a los 96 años de edad.
Nacido en Buenos Aires el 20 de febrero de 1924, Menini hizo historia desde sus primeros años en la institución.
«Cuando la primera se desmembró y Giallorenzo se fue a El Tala, me empezaron a poner prematuramente como suplente. Hacía banco y entraba únicamente cuando alguien salía por cuatro foules», le dijo Menini, recordando sus primeros años como cadete, a Osvaldo Ricardo Orcasitas en una entrevista publicada en webasketball.
Ya en 1942, Menini era un jugador de Primera con peso propio y compartía minutos de calidad junto a Scarone, los hermanos López; Colombo; Langlois; Periale y Briones, conformando la que sería la base del equipo revelación del Torneo Oficial de Primera División al año siguiente.
La temporada de 1943, sería realmente especial para Obras: con un paso ganador propio de los equipos destinados a marcar historia, logró un subcampeonato que sería recordado por la entereza a la hora de participar en cada compromiso. En primera rueda, con triunfos ante Ñandú, Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque, Social Sporting, Coghlan y El Tala, y derrotas frente a 9 de Julio, Santos Lugares y Carumé, el equipo alcanzó la segunda posición y se sumergió en la etapa decisiva del torneo.
Allí, cayó ante Sporting y GEBA (32- 37, en ambos casos el mismo score) y derrotó a El Triunfo (33- 30), El Tala (40- 37) y Ateneo de la Juventud (41- 36).
Tras 17 años de haberse afiliado, Obras se consagró, así, subcampeón de la Federación Argentina de Basket- Ball, detrás de Sporting. El jovencísimo Rubén Menini ya empezaba, entonces, a despuntar en el deporte de los cestos, acompañado de Osvaldo López Airaghi (capitán), Hilario Briones, Osvaldo Tuya, Heriberto López, Luis Carrere, Ubaldo Zubrigk y Guelfo Periale, con la dirección técnica de Juan Stivaletti.
¿Cómo jugaba Menini? Era propietario de una defensa temperamental cargada de vehemencia. En ataque, tenía una gran velocidad para penetrar y buen poder de goleo, todos atributos fundamentales para saltar desde el banco con la energía de un juvenil talentoso.
Se lo recuerda a Rubén, consignado en los escritos de aquellos años, como «excelente amigo, gran bromista y un tanguero de ley con terminología burrera». Medía 1.82 m. y le gustaba jugar con la camiseta número 10.
El legendario escolta fue campeón con Capital Federal en el Campeonato Argentino que se jugó en Gimnasia y Esgrima, tras vencer a Santa Fe por 47-40, certamen que lo catapultó para alcanzar un lugar en la Selección Nacional. En Río de Janeiro, con Menini en sus filas, Argentina finalizó en la quinta posición. Su debut en el combinado albiceleste fue el 7 de julio, en el Arena Do Vasco Da Gama, con victoria argentina por 38-37.
MENINI, CRACK DE SELECCIÓN Y CAMPEÓN DEL MUNDO
En 1948, Rubén Menini fue olímpico por primera vez, en Londres. Comenzó así a escribir en conjunto con Furlong, González, Monza y los demás gigantes de la época, la leyenda de la primera Generación Dorada argentina. Allí perdieron apenas por un doble con quien a la postre sería campeón, Estados Unidos, y aún cuando terminaron 15°, el mundo -y en especial el General Perón- se anotició de que los argentinos eran verdaderamente buenos jugando baloncesto.
Como socio de Obras, a Rubén no le quedó deporte por practicar. Especialmente descolló en bochas como toda su familia. Y como jugador de básquetbol del club, llegó a lo máximo que podía haber soñado: fue Campeón del Mundo representando a la Argentina en el primer Mundial FIBA jugado en Buenos Aires en 1950. Fue en el Luna Park repleto, al ganarle la final a los Estados Unidos para poder sacarse al fin la espina clavada en Londres. El resultado final, 64-50, no refleja lo difícil que fue el partido ni lo trabado que estaba el juego hasta que Menini entró para asegurarse que la noche terminara iluminada de antorchas.
«En dos oportunidades los norteamericanos se pusieron a tres puntos. Primero Menini con una ráfaga de siete puntos y luego Del Vecchio los mantuvieron a raya… Menini entró en el momento justo y con la justa conciencia. Fue una de las inyecciones que tuvo el team argentino. Menini jugó muchísimo y su bravura junto a la de Uder fueron ejemplares. Estos jugadores calcificaron la defensa. El primero, un goleador de ímpetu que no esperó la oportunidad sino que la fabricó cuando quiso», señaló Carlos Fontanarrosa, prestigioso periodista de El Gráfico en la crónica de aquel entonces.
UN NOMBRE DORADO EN LAS MEMORIAS DE OBRAS
«El destacado y correcto deportista Rubén Menini, de nuestro equipo superior, fue designado para integrar el conjunto que en brillante forma se adjudicó el Primer Campeonato Mundial de Básquetbol… Rubén F. Menini se inició como jugador en nuestra entidad en 1939 y un año después integró el equipo de cadetes que participó del torneo oficial de su categoría. Desde entonces y con una dignidad que dignifica su conducta de deportista leal y consecuente, se ha mantenido firme en la defensa de los colores del Club, conquistando por sus propios merecimientos morales y deportivos la estimación de amigos y adversarios que saben distinguirlo en forma preferente. No obstante su juventud, se lo considera un veterano. Cuyo consejo experto es solicitado tanto por quienes se inician como por quienes desean mejorar sus conocimientos y saben que su palabra vale por ser fruto de su experiencia y de su hombría de bien».
Ese año, 1950, fue el último en que Rubén vistió la camiseta aurinegra. En el primer torneo, el equipo tuvo una gran actuación clasificatoria pero inesperadamente se cayó en la rueda final. En el segundo campeonato oficial, Obras había hecho un gran trabajo y había clasificado holgadamente pero fue suspendido para poder abocarse la Federación a la organización del torneo Panamericano de 1951.
Ese era un equipazo que no tuvo la suerte de poder demostrar toda su valía. Jugaban en él, además de Menini, O. Tuya, L. Della Casa, J. Scola, C: Sanchez Pereiro, M: Barcón, H. San Miguel, J. San Miguel, J. L. Iacheri y T. Bello.
El año fue muy bueno para el baloncesto sanitario en general ya que la Segunda División (Tomás Bello y los hermanos San Miguel) y la Quinta División (el equipo de Américo Tagliani) salieron campeones absolutos de sus respectivas divisiones.
El 31 de marzo de 1951, el último día del cierre del libro de pases de la Federación, Rubén Menini firmó para Racing junto a Pichón Contarbio y Juan Carlos Uder. Dirigidos por Abelardo Dasso animaron los campeonatos federativos hasta que la caída de Perón y la estupidez de muchos dirigentes insensibles lo transformaron en uno de los 36 basquetbolistas suspendidos de por vida por prácticas contrarias al Código del Aficionado, imperante en Argentina (increíblemente), aún en 1957.
Rubén fue además subcampeón Panamericano en Buenos Aires (Argentina perdió con Estados Unidos que vino en busca de revancha) y nuevamente olímpico en Helsinki 1952, cuando por muy poco el equipo albiceleste no subió al podio al perder ajustadamente contra Uruguay.
«Los años nos van convirtiendo en más amigos», dice Rubén en el final de la película Tiempo Muerto. «Los años van trayendo ese acercamiento que se profundiza cada vez mas».
Jugó para Argentina un total de 33 partidos durante cinco años. Muchos más, fueron los que compartió después en el Club Palermo con sus amigos y compañeros de selección todos los miércoles del año.
* La información utilizada en este informe forma parte del libro de cien años del club Obras Sanitarias llamado «Hicimos Obras», escrito y producido por el profesor Emilio Gutiérrez.