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El Chango, un histórico de Obras

Miguel Rubén Iturri, más conocido como Chango, es uno de los empleados con más antigüedad en la institución. En esta nota refleja sus vivencias y su orgullo de ser parte del Club Obras Sanitarias.

Chango, con 60 años a cuestas, es uno de esos personajes particulares que todas las mañanas saluda con una sonrisa y remata con algún chiste. Oriundo de la ciudad correntina de San Miguel, vino a Buenos Aires en 1978 a probar suerte para tratar de encontrar un futuro mejor. Hace ya 28 años que trabaja en el club y lo cuenta con orgullo y alegría.

Chango viene de una familia numerosa, de 15 hermanos, y todos los años vuelve a su Corrientes natal para visitar a sus seres queridos. “Me estoy haciendo una casita, el día que me jubile me vuelvo para allá”, asegura.

Al momento de arrancar la entrevista, interrumpe y dice: “Estoy muy conforme y agradecido con todo lo que me dio y me sigue dando el club”. Cuando llegó arrancó como vigilante y a medida que pasó el tiempo estuvo en diferentes sectores de la institución. En su momento estuvo en el campo de hockey y luego con la gente de rugby. En las épocas de recitales en el Templo del Rock también era uno de los que desarmaban y armaban la cancha. Además, en muchas temporadas de verano se encargó de la manutención de las piletas. “Era un polifuncional”, cuenta.

Pero, como toda persona, tiene una gran debilidad y en este caso es el básquetbol. “Para mí fue un honor compartir momentos con muchos jugadores. Tuve la posibilidad de ver crecer a Pipa Gutiérrez y a Alejandro Alloatti, quienes se formaron en el club desde muy chicos. También a Marcelo Travnik, que fue jugador y ahora es un gran entrenador de Obras, y mismo a Julieta Espósito, a quien conozco hace más de 20 años y ahora es encargada de prensa. Todo eso me da un inmenso orgullo, porque son personas como yo, que más allá de todo aman al club”, comenta.

Hace unos tres años se encarga de la jardinería del club. Siempre se lo ve ahí, firme, con su uniforme y su sombrero de paja. No hay persona que pase a su lado y no suelte un “hola Chango, ¿Cómo estás?”. “Es que soy una persona famosa dentro del club”, tira entre carcajadas. También, en los partidos de Liga Nacional se encarga de estar atento a las caídas de los jugadores para limpiar el sudor que dejan en la cancha.

¿Con qué sueña Chango? “Quiero ser jubilado del club. Sería lo máximo para mí. Ojalá siga todo como hasta ahora y pueda alcanzar mi deseo”. Si esto no es amor por el club, ¿el amor dónde está?

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