Rubén Tapia y trabajo podrían ser la misma palabra, podrían tener el mismo significado. Él hace de Obras un club más grande de lo que ya es.
Es el primero en llegar y el último en irse. Todo lo que sucede alrededor del plantel, pasa por Rubén. Figura indiscutible de todos los partidos, esos que juega afuera de la cancha y gana por goleada. Trece años al servicio de un club que potenció su crecimiento tras su llegada.
“Obras es muy importante en mi vida personal. Ha estado siempre y me ha traído tranquilidad y apoyo diario. Estoy muy agradecido por pertenecer a esta linda institución. Al fin de las cuentas, somos una gran familia Rockera”, comenta el gran Rubén.
“OBRAS ES ROCK”, es una de sus frases fuertes. Y él vive su día a día en el club de esa manera. Dedicado, responsable, a veces gruñón. Pero siempre con un sí por delante y una sonrisa que te asegura la solución a cualquier problema.
Rubén es uno de los personajes que configura la esencia de Obras. Él se identifica con el club, y viceversa. “Siento que mi figura en el Rockero es la de una persona que ama lo que hace y acompaña a todos los que conformamos el equipo de utilería. Somos un equipo más y nos exigimos para que todo salga bien, siempre”.
LOS DÍAS DE PARTIDO DE RUBÉN TAPIA
Las jornadas de Liga Nacional son un ritual religioso. La llegada, la previa, el durante y el post. Rubén los trabaja desde el minuto cero, o quizás desde antes. “La preocupación y exigencia gira en torno de que todo esté preparado cuando el equipo llegue al vestuario. Orden general, ropa limpia y perfumada, y hasta algún sahumerio para darle un aroma especial al vestuario. Después, a la cancha. Hay que dejar el estadio lo más limpio posible. Mi prioridad es el piso: tiene que quedar impecable, trato de que nadie lo pise antes que los jugadores”, comenta con firmeza.
Hacía mucho que no te veníamos a visitar Rubencito! Epa! No te pongas nervioso ????? pic.twitter.com/C85Sd8o4br
— Obras Basket (@ObrasBasket) March 2, 2020
Detrás de un hombre que demuestra autoridad, se esconde siempre un lado sensible. “Vivo los días de partido con muchos nervios. Siempre quiero que todo salga bien, por lo que la tensión siempre es alta. Me fascina hacer lo que hago y le agradezco siempre a Obras por el espacio”.
Rubén Tapia es, en efecto, un trabajador ejemplar que merece ser reconocido en este día.