Calmo, medido, analítico. Así se lo ve a Gregorio Martínez, entrenador de Obras Basket, quien conduce la postemporada del equipo aurinegro, etapa que no es otra cosa que la transición entre lo que pasó y lo que vendrá.
En exclusiva, el entrenador de Obras habló con el departamento de prensa de la institución sobre su presente y el del equipo de cara a la pretemporada de la Liga Nacional 2018-19.
¿Has hecho algún balance sobre lo que fue la última temporada?
– Después de la tristeza de haber quedado eliminados, empezamos a juntarnos con el cuerpo técnico. Una semana después de la eliminación entramos en contacto, también con los dirigentes. Nos parece que el balance, en líneas generales, es positivo. Hemos cumplido con los objetivos del club.
Cuando comenzamos la nueva etapa, conmigo como entrenador, había algunos objetivos similares a los del principio de temporada, en los que me incluyo porque también estaba dentro de la institución. La idea fue ser competitivos durante toda la Liga y darle rodaje a nuestros jugadores. Me parece que eso lo hemos cumplido. No estoy del todo contento con la evolución de algunos jugadores pero tampoco tuvimos mucho tiempo para desarrollar aspectos individuales, algo que sí podemos hacer ahora. Cuando la Liga está rodando hay poco tiempo para focalizarse en lo personal e, inevitablemente, el trabajo es sobre los próximos partidos.
En general estamos bastante satisfechos.
¿Qué te parecieron los roles tomados por Víctor Liz y Maurice Kemp en el equipo? ¿Qué llevó a Obras buscar la renovación de sus contratos?
– Son dos jugadores que nos han aportado muchísimo en la anotación.
En el caso de Maurice, es un jugador que se las arregla para convertir sus puntos sin que el resto del equipo le genere juego, más allá de los espacios en contragolpe.
Víctor es un jugador con mucho talento y carácter que, en los momentos y situaciones difíciles de juego, sacó la cara por el equipo. Tiene muchos recursos para sumar puntos.
Cuando la dirigencia me consultó al respecto yo les di mi opinión y se pudo cerrar la continuidad de ambos.
A lo largo de la temporada Fernando Zurbriggen fue adoptando un rol de sexto hombre en el equipo, ¿fue premeditado o su intensidad generó esta situación con naturalidad?
– Fue algo que buscamos que sea de esa manera. Para mí, Fernando era el jugador que podía cumplir cualquier rol en el perímetro. Es un base natural pero puede hacer otras cosas porque físicamente es un chico que está por encima de la media de la Liga.
Buscamos ese rol porque para nosotros es muy importante. Terminó teniendo una gran superación en cantidad de minutos. En el transcurso de la Liga estuvo cerca de los 20 por aparición y lo hizo muy bien.
¿Crees que esas cualidades lo llevaron a esta oportunidad con la selección? ¿Lo tomás como un premio a su esfuerzo?
– Creo que no es un premio. Realmente Fernando está a la altura de jugar, tiene las condiciones para competir por un puesto. Más allá de poder ser cortado o no, me parece que, objetivamente, está entre los mejores jugadores de nuestra Liga y puede competir el puesto de base con Facundo Campazzo, Luca Vildoza y Nicolás Laprovittola.
Zurbriggen tiene una cualidad física no muy frecuente para su ubicación en el campo, que lo hace un jugador seleccionable.
Durante el año competitivo el equipo mostró un perfil ofensivo de correr la cancha y ataque rápido, ¿crees que el ataque estacionado y la ofensiva ante zona fue un punto débil?
– Yo creo que nosotros corrimos la cancha pero no lo hicimos bien. Fuimos un equipo agresivo pero no ejecutamos en transición como debíamos. Es una de las cosas que estamos entrenando ahora en postemporada y es en lo que haremos mucho hincapié. Sostener el ritmo de juego e imponer el ataque rápido de manera certera, es algo en lo que tenemos mucho para mejorar.
Tenemos lo más importante: lo hacemos. Ahora hay que hacerlo bien.
Lo del ataque estacionado es cierto. Recién en el último mes de competencia lo jugamos un poco mejor.
Personalmente, ¿cómo fue tu primer año dirigiendo Liga Nacional?
– Me sentí muy cómodo. No sé cómo se vio de afuera, pero fue así. Me sentí natural, no tuve que importar nada. Tengo una forma de manejarme y una determinada relación con la gente en general. Establezco pautas de trabajo y me siento un compañero de laburo de toda la gente que está conmigo, sabiendo que mi rol es tomar decisiones, sacar, poner jugadores y entrenar al equipo.
No noté grandes diferencias con lo que venía haciendo (nota: previamente fue entrenador de Unión Florida en la Liga Femenina de Básquet). Nunca había alcanzado el nivel de la Liga Masculina. Creo que estuve a la altura, no me sentí sobrepasado.
Por momentos de la Liga se notó que la posición de centro fue la más difícil de encontrar. Pareció que, desde el banco y con una función de guerrero, fue Phillip Lockett el que mejor lo hizo. ¿Qué te pareció su rol y esa búsqueda de jugadores en la pintura?
– En este juego nadie tiene la verdad. A mí me gustan los jugadores como Phillip, sobre todo para un equipo con nuestras características. Cuando llegué, conversé con él. Después de verlo entrenar una semana conmigo le dije que tenga confianza que conmigo iba a jugar mucho porque es el tipo de jugador que a mí me gusta: se esfuerza por el equipo y puede defender. Sabía que Lockett no iba a promediar 15 puntos pero nos iba a dar otras cosas que iban a ser importantes. La verdad es que él lo entendió, lo aceptó, se sintió bien y eso hizo que sea importante para nosotros.
Es cierto nuestra falencia en la posición de centro. Me parece que fue, en cierta medida, un error mío. Por sobrecargar a Berra con algunas responsabilidades que no tenía. A veces uno piensa que le hace un bien a un joven dándole la oportunidad y creo que lo cargamos de responsabilidad. Lautaro lo hizo muy bien. Creo que los jugadores grandes y del tamaño de Berra evolucionan más lento, juegan en una posición de la cancha más difícil que el perimetral. Lautaro estuvo a la altura y promedió 11 minutos en la Liga con 19 años.
La llegada de Eric Anderson nos solucionó y aportó muchas cosas que en ese lugar de la cancha no teníamos. Berra lo puede hacer muy bien desde atrás y esa es la idea actual. Que pueda vivir paso a paso el proceso de su evolución.
Ayer comenzó la postemporada, ¿qué perspectivas y planeamiento de trabajo hay al respecto?
– El plan era tener dos semanas de vacaciones junto al equipo al momento de cerrar nuestra participación en la Liga. Y luego cortar la postemporada dos semanas antes de comenzar la pretemporada del año siguiente.
¿Qué buscamos en la postemporada? Lo primero es hacer una descarga física de algunos jugadores, que es una tarea de mejoramiento general de relajación. Después, trabajar algunas lesiones que no hemos podido atender durante el año o posturas que provocan lesiones. Y luego comenzar a tratar la parte específica del físico de cada jugador.
En cuanto a lo técnico: hacemos entrenamientos especiales en aspectos que buscamos hacer hincapié. Por ejemplo: mejorar el dribbling de Valussi, su defensa de carrera de tiradores. Sólo trabajamos dos puntos de cada jugador, no 50, para que el crecimiento sea certero y adecuado.
En la actualidad estamos realizando prácticas grupales para mejorar aspectos que hayan sido débiles en la temporada, como el caso de ataque estacionado o ataque a la zona.
Esta postemporada durará cuatro semanas y ya estamos finalizando la primera. Tenemos incorporados a todos los chicos del club que jugaron Liga Argentina con Villa Mitre, más los jugadores que tienen contrato y otros que estamos siguiendo. Por ejemplo, Alejandro Zurbriggen. Probablemente llegue alguien más en los primeros días de Julio, para ver si los podemos incorporar o no.
Para jugadores como Berra, Venegas, Valussi, entre otros… ¿para qué les sirve esta postemporada?
– La verdad es que, para ellos, es el momento más importante porque es cuando uno le presta más atención a la evolución del jugador, cuando podemos pulir defectos o detalles a mejorar. Es el instante de hacerlo. Durante la Liga es complicado porque los partidos te llevan por delante y no hay tiempo para detenerse. Creo que es el momento para hacer hincapié en dos o tres cosas de cada uno. Los estadounidenses dicen que no hay que ejercitar muchas cosas, sino hacer foco en algunos aspectos determinados y mejorarlos.
¿Cómo se toma el trabajo individual y se traslada al grupal?
– Hacemos turnos matutinos de trabajo físico y técnica individual y, por la tarde, de equipo. Si bien es cierto que separamos perimetrales e internos, hacemos trabajos de equipo que complementan unos con otros.
En la mañana es un trabajo específico individual. Por la tarde, son aspectos del juego interno o externo y en conjunto.