Tras la salida confirmada de Nicolás Casalánguida como entrenador en jefe (nota: dirigirá en Atenas de Córdoba en la próxima temporada), la dirigencia de Obras Basket se encuentra a la búsqueda del nuevo entrenador para afrontar la temporada 2017-18 de Liga Nacional.
En exclusiva con el departamento de prensa de la organización, Alberto Díaz, director deportivo del equipo aurinegro, anticipó los valores deportivos, culturales y profesionales que deberá tener el próximo entrenador en jefe de la Institución.
Alberto, antes que nada, ¿en qué situación se encuentra el fichaje del nuevo coach para la temporada que se aproxima?
Estamos trabajando junto al presidente Fabián Borro y el director general Gregorio Martínez en la búsqueda del entrenador. Creemos que el nuevo coach del equipo debe ser una persona que entienda que nadie está por encima de la institución, que lo importante es el escudo y los colores del club. Él se tendrá que adaptar a nuestra filosofía, y es por eso que ya venimos realizando entrevistas con diferentes candidatos, tanto del ámbito local como internacional, y esperamos tener el elegido pronto. Es esta nueva etapa vamos a basar nuestro esquema de trabajo en una renovación con siete jugadores de las categorías menores cuya idiosincrasia y ADN sean netamente aurinegros. Queremos que ellos vayan tomando recorrido y minutos en la Liga Nacional. Ya es hora de que tengan esa oportunidad. Hay un gran talento dentro de esta franquicia. Eso lo vamos a combinar posiblemente con extranjeros que se complementen, sean determinantes y hagan mejores a nuestros jugadores. Queremos foráneos que vengan a aportar para el equipo sin importar números personales
¿Creés que en la cantera de Obras hay materia prima para crecer y conseguir los objetivos como club? ¿Cuál es tu mirada desde lo deportivo?
Hay una infraestructura maravillosa que cualquier club del mundo quisiera tener. Aquí nuestros reclutados tienen hospedaje, alimentación, nutrición, preparación física, kinesiología, un gimnasio disponible. Son muchas alternativas que ofrece el club que ayudan a la mejora de los aspectos fundamentales del juego. Y ni hablar del tema educativo, ya que tenemos un Instituto que viene formando a los jugadores desde pequeños. Estoy convencido que debemos hacer ajustes técnicos para poder llevar a cabo el manual de filosofía deportiva que estamos, en este momento, creando con los coordinadores del área. En esta realización están participando los distintos departamentos de la organización para aportar ideas desde todos los ángulos. Apuntamos a que la persona, desde que llega a Obras hasta que se va, tenga una formación adecuada para luego ir apuntando a su carrera profesional. Y si no es el profesionalismo lo que le corresponde pueda seguir jugando baloncesto al mejor nivel posible para tener continuidad en lo deportivo. Es por eso que estamos trabajando para cerrar alianzas estratégicas con las mejores universidades del mundo.
Obras se caracterizó en los últimos tiempos por ser formador, pero también reclutador. ¿Por qué creés que el club debería ser la alternativa para los reclutados de talento, tanto de Capital Federal como de todo el país, considerando que esta base de jugadores jóvenes con potencial es la que se le va a otorgar al entrenador que esté al frente del equipo en la temporada entrante?
Principalmente por lo que se les brinda. Para una familia tipo tener a un chico o una chica que aspire a grandes cosas en el deporte en Obras es tener una situación de privilegio. Cualquier entrenador estará cien pasos adelante con la infraestructura que tiene este club y todos los servicios que puede ofrecer. Esto está bien estructurado, ahora lo que hay que hacer es poner en marcha un plan de trabajo que permita el seguimiento exhaustivo de todos los atletas. Tenemos que tener un seguimiento físico e intelectual de los deportistas. Para mí esto es 70% por ciento intelecto y 30% corporal. El talento natural va a ir de la mano con lo que tu mentalidad le pueda proporcionar o le pueda ordenar a tu cuerpo. Hay que enseñarle a los jóvenes esa filosofía que queremos desde los nueve años hasta los 19, donde ya deberían estar jugando de manera profesional. Eso sería lo ideal en nuestro proyecto deportivo.