El primer ciclo de Julio Lamas en Obras comenzó en enero de 2001, cuando el entrenador firmó por seis meses para culminar la temporada que había comenzado Guillermo Vecchio. Si bien ya había dejado su huella en la Selección Argentina y en el básquetbol español, su experiencia no fue suficiente para cambiar el rumbo del Aurinegro, que terminó la temporada con 12 triunfos y 18 caídas, aunque pudo evitar los puestos de playoff por la permanencia. Ni bien terminó el torneo, concluyó su tarea al mando del equipo y se marchó. Al siguiente año, lo suplantó Eduardo Cadillac.
Pasaron nueve años hasta que, en 2010, Lamas volvió a ocupar el banco local del Templo del Rock. En su segunda experiencia, el DT contó con grandes nombres en su plantel, como Juan Gutiérrez, Luis Cequeira, Joshua Pittman, Leonel Schattmann y Martín Osimani. En su primera campaña, el Aurinegro fue el mejor equipo de la fase regular, con 64 puntos (21-9). Sin embargo, en cuartos de final, fue sorprendido por Quimsa, que ganó los dos en cancha de Obras, y lo eliminó en Santiago del Estero, en el cuarto duelo (3-1).
Al año siguiente, el Rockero se preparó para volver a batallar contra los mejores, nuevamente con Lamas a la cabeza. Tras un nuevo primer puesto en la temporada, entraron a playoff como uno de los favoritos, y esta vez no desilucionaron. En cuartos se encontró con Boca, y aunque los Xeneizes lograron robarle la ventaja de localía, con un triunfo en el Templo del Rock, Obras los venció dos veces en el Luis Conde, y pasó a semifinales. En esa instancia, el Aurinegro se impuso con comodidad a Regatas de Corrientes (3-0) y consiguió el boleto a las finales de la liga por primera vez en su historia. Por mala suerte, allí esperaba un duro equipo de Peñarol, que ganó los dos de visitante, y le alcanzó con una victoria de local para obtener su tercer título al hilo. A pesar del traspié, aquella fue la mejor campaña de Obras en LNB hasta el día de hoy.
Si bien no pudo consagrarse en el plano nacional, distinta fue la historia en competencias continentales. En primer lugar, el elenco dirigido por Lamas obtuvo el torneo Interligas de 2011 en San Pablo, frente a Pinheros de Brasil. Luego, alcanzó la final de la Liga Sudamericana, tras vencer a Bigua (Uruguay), Pinheros, Orgullo Paisa (Colombia), UniCEUB (Brasil), Malvin (Uruguay) y Atenas de Córdoba. Aquel 5 de febrero de 2012, ante su propia gente, el Aurinegro gritó campeón una vez más, al imponerse nuevamente al conjunto brasileño, por 88-73. El director técnico agregó otro trofeo internacional a las vitrinas del Templo del Rock, y recobró la mística internacional que caracterizó al club durante las décadas de los ’70 y ’80.
Tras una segunda etapa al mando de la Selección Argentina, entre 2011 y 2014, en la cual obtuvo el Preolímpico de Mar del Plata, y disputó los Juegos Olímpicos de Lóndres 2012, Lamas regresó a Avenida Libertador para dirigir la campaña 2014/15. Obras contó con jugadores de gran talento, como Ramón Clemente, Marcos Delía y Bruno Fitipaldo, además del regreso de ‘Pipa’ Gutiérrez en medio de la temporada, y el sueño del título nacional volvió a tener vigencia. Sin embargo, luego de conquistar la zona Sur en la fase regular, con marca de 22 y 12, el Aurinegro no pudo con Quilmes en semifinales de conferencia, y el entrenador se alejó de su puesto unos meses después. Si bien su ciclo no concluyó con un festejo, Julio Lamas dejó muy buenas impresiones en la institución, donde sigue siendo muy querido, y siempre será recordado de la mejor manera.