Cuando Leonardo Diebold llegó a Avenida Libertador, en 1995, el máximo anhelo de Obras era disputar la Liga Nacional, creada diez años antes, y en la que nunca había participado, pese a ser uno de los históricos del básquetbol argentino. El base llegó con gran experiencia: había disputado siete temporadas en la LNB, en San Andrés y Boca. Su firma y la de Dennis Still produjeron un gran eco en el competitivo Torneo Nacional de Ascenso. El año anterior, los jóvenes del Aurinegro, con Diego Ricci y Ezequiel Lamas a la cabeza, habían quedado a un paso de disputar la final del torneo.
Obras acabó primero en la fase regular, con un magnífico Diebold, quien promedió 15 puntos y tres recuperos por encuentro. El jugador de 26 años tardó poco en amoldarse al equipo, y menos en formar un dinámico tándem perimetral con Lamas, el otro externo titular del equipo dirigido por Fernando Duró. Así, las ilusiones del Rockero llegaron intactas a los playoff, con la chance de ascender más latente que nunca.
El mayor obstaculo llegó en semifinales, en el choque ante Belgrano de San Nicolás. El elenco nicoleño ganó en el Templo del Rock, y quedó a un paso de acabar con las ilusiones Aurinegras, en su propia casa. Con la serie al mejor de cinco 1-2, y ante el público de Belgrano, Obras dominó el encuentro con cautela, pero sobre el final, los locales apretaron el acelerador, y sorpresivamente, empataron el partido con seis segundos en el reloj. Sin tiempos muertos por pedir, Lamas adelantó el balón, encontró a Maretto, y éste pasó para Diebold, quien estaba parado del lado derecho, entre medio de la línea de mitad de cancha y la de triple. Allí, Leonardo produjo el milagro: hizo una finta de tiro, se acomodó como pudo, atosigado por el reloj, y metió el tiro ganador, para que los sueños Aurinegros sobrevivan una noche más. El quinto y definitorio se jugó en Núñez, donde Obras ganó y se clasificó a la final del TNA.
Allí esperaba el otro gran candidato, Estudiantes de Olavarría. La serie empezó cuesta arriba, con una inesperada caída en casa, pero Obras se recuperó en el segundo, y ganó los dos como visitante, el último de manera categórica (72-84) para consagrarse campeón y llevar al club donde la historia se lo demandaba, la Liga Nacional. Diebold continuó al año siguiente, y representó al Aurinegro durante su primer temporada en LNB. Si bien Obras no tuvo una gran campaña, logró mantenerse en la elite del básquetbol argentino, y el armador tuvo una gran temporada, con una media de 16.3 tantos, 2.7 asistetencias y 3.2 robos. Tras ello, Diebold se alejó de Avenida Libertador, para continuar su carrera en Quilmes y otros cuatro equipos, hasta su retiro en 2005.